José Luis Lezama / Tabasco, el diluvio de nuevo

AutorJosé Luis Lezama

En Tabasco el agua es paisaje y la lluvia parte de lo cotidiano. Algunas de las imágenes televisivas de la inundación de 1999 en Villahermosa llegaron incluso a mostrar caras que sonreían a las cámaras mientras intentaban rescatar sus pertenencias de las viviendas anegadas. Las inundaciones de octubre y noviembre del 2007 superaron todo pronóstico. La capital del estado quedó prácticamente sumergida bajo las aguas y devastada en lo económico, en lo social y en la ya de por sí afectada calidad de vida de sus habitantes: esta vez no hubo sonrisas, el coraje, la angustia y la desolación eran los sentimientos predominantes.

Existen diversos factores que provocaron la tragedia, cada uno de ellos contribuyó de cierta manera en el desenlace final. No obstante, no todos ellos tuvieron el mismo peso. Por ejemplo, el factor ligado a la luna y las mareas, a lo que hizo alusión en algún momento el presidente Calderón, no fue un hecho determinante. Lo mismo puede decirse del cambio climático. Otros factores actuaron como agravantes, como son los casos de los cambios del uso del suelo en todo el estado, la deforestación, la actividad petrolera, la construcción de asentamientos humanos en áreas de alta vulnerabilidad, sobre tierras bajas, cauces de agua, etcétera.

Algunas de las causas principales están todavía sujetas a revisión y los protagonistas locales y nacionales aún no se ponen de acuerdo. Al respecto podrían plantearse las siguientes preguntas: 1) ¿Fue, estrictamente hablando, la intensidad de las lluvias lo que provocó el diluvio? 2) ¿La inundación de Villahermosa se dio por fallas en el manejo del sistema de presas que regulan parte de los ríos de la región? 3) ¿Fue la causa principal el exceso de agua arrastrada por los ríos que no están controlados, los llamados Ríos de la Sierra? 4) ¿Qué papel jugaron las obras de contención y prevención inconclusas?

En el seminario Factores y Actores de la Inundación en Tabasco, llevado a cabo recientemente en El Colegio de México, parecieron perfilarse dos interpretaciones. Ambas reconocen que la intensidad de las lluvias fue algo verdaderamente insólito. La información disponible registra tres periodos de intensa precipitación en octubre en la cuenca alta y media del Grijalva-Usumacinta. La primera, del 10 al 11, asociada al frente frío número 2; la segunda, del 22 al 24, vinculada al frente frío número 4, y la tercera, del 28 al 30, a consecuencia del frente 4 y de la tormenta tropical Noel.

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