José Luis Lezama / La reconstrucción

AutorJosé Luis Lezama

Muchas y diversas vías parecen abrirse para la reconstrucción de Tabasco. Algunos insisten en la necesidad de no buscar culpables, de evitar el ruido político, de apelar a la prudencia. Tabasco, se dice, no requiere de discordias, de controversias entre actores económicos, políticos, sociales, académicos, ciudadanos, gubernamentales o entre los llamados expertos; se requiere, se afirma, unidad para una reconstrucción que no puede esperar demasiado, sobre todo cuando la gente no sólo perdió sus casas, sus bienes, su empleo y sus fuentes de sustento, sino también está cerca de perder la esperanza.

Hay mucho de razón en estos llamados a la ecuanimidad. No obstante, indagar sobre las causas de lo ocurrido no tiene por qué convertirse en cacería política. La valoración y el entendimiento de los hechos es un ejercicio imprescindible de planeación, de búsqueda de eficacia de la acción pública y colectiva. Su importancia proviene de la necesidad de aprender de los errores para planear las acciones futuras sobre bases más sólidas.

Se requiere saber qué hizo inevitable el desfogue masivo de la presa, de qué manera el sistema de planeación urbana, o su ausencia, hizo a Villahermosa vulnerable ante la subida de las aguas. Cómo se efectúa la gestión hidráulica. Conocer también de qué manera la deforestación, las modificaciones de los humedales y de las zonas de manglares por obra de las actividades petroleras, agroganaderas y urbanas, la subida de las mareas, las obras hidráulicas de desahogo construidas o no, jugaron un papel en el taponamiento de las aguas. Se necesita saber de qué manera los cambios en los usos del suelo y la ausencia de un ordenamiento territorial hicieron más vulnerables a los ecosistemas y a las poblaciones humanas. Es necesario averiguar cómo se activaron los sistemas de alerta y el papel desempeñado por las autoridades locales, estatales y federales de protección civil.

Una verdadera propuesta de reconstrucción en Tabasco plantea un verdadero ajuste de cuentas con el pasado. Conocer las causas de lo ocurrido no es sólo un ejercicio de búsqueda, exhibición y castigo de culpables. Es, sobre todo, una manera de reivindicar el derecho de una sociedad a rehacer su vida con el mínimo de seguridad y bienestar que se merece. Las inundaciones de 1999 fueron una seria y contundente advertencia, una clara anticipación del futuro. Los factores de esa inundación parecen ser, en algunos aspectos, similares a la actual. Después del evento se...

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