Una jornada interminable

AutorManuel Durán

Andrés Manuel, el Jefe de Gobierno de la Ciudad, enfrentó quizá la jornada más difícil en su carrera política, un día pesado, interminable.

Empezó en el Zócalo, donde reunió a 350 mil personas para presentarles su defensa y su versión.

Lo acompañaron sus hijos, Gonzalo, Andrés y José Ramón, de quienes sólo se separó por momentos.

No fueron a la escuela, estuvieron en el mitin donde su papá llamó a la resistencia civil pacífica, a conformar un comité nacional de cinco personas para dirigir un movimiento que impulse un proyecto alternativo de nación y reiteró que quiere ser candidato presidencial.

Sus hijos escucharon como pidió a la multitud no bloquear carreteras ni tomar instalaciones, como en su momento lo hizo él en Tabasco.

Pero también estuvieron los hermanos del Jefe de Gobierno.

La única mujer de la familia López Obrador, Candelaria, llegó junto con Pío, ambos desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Ellos dos fueron los primeros en conformar hace dos años los comités ciudadanos para impulsar la candidatura presidencial de su hermano.

Otro de los hemanos, José Ramiro dejó por un día el gobierno municipal en Macuspana, Tabasco, para apoyar a Andrés Manuel.

También Pedro Arturo llegó desde Tlaxcala.

Cuando López Obrador terminó su discurso en el Zócalo, los López Obrador se reunieron en la oficina del Jefe de Gobierno en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento. Sólo estuvieron los hijos, los hermanos, su chofer y amigo Nicolas Mollinedo, Elenita Poniatowska y Beatriz Gutiérrez, su ex asesora y amiga.

La mayor parte de las escenas que vivió ayer el Jefe de Gobierno, con simpatizantes y colaboradores, en el mitin, en la Cámara de Diputados, en Tsuru, con sus hijos y hermanos fueron registradas por el lente del cineasta Luis Mandoki, quien está haciendo un documental sobre el tabasqueño.

Las cámaras del director de "Voces Inocentes" siguieron de cerca a López Obrador, desde que salió de su casa a las 9:05 horas hasta que regresó por la tarde a esperar la votación en San Lázaro.

Una escena ejemplificó la importancia de lo que sucedía. Joel Ortega recibió una llamada en el vestíbulo de la Cámara de Diputados.

Era Felipe...

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