Jorge Volpi / Han vuelto

AutorJorge Volpi

"Recuerdo que me desperté, sería después del mediodía. Abrí los ojos, vi el cielo sobre mí. Era azul, con pocas nubes; hacía calor y supe al momento que el calor era excesivo para abril. Casi se podía decir que era un calor de verano". Quien habla no es otro que Adolf Hitler, quien un buen día de 2011 despierta en Berlín, vestido con su chamuscado uniforme militar, como si nada hubiese pasado. Con más de un millón de ejemplares vendidos en Alemania, Ha vuelto, de Timur Vermes (2013), se alza como una desopilante sátira, más que del propio Hitler, de la Alemania Federal en la que éste se descubre de pronto.

Como si las décadas trascurridas desde su suicidio en 1945 hubiesen sido un paréntesis, Adolf conserva la misma edad de entonces -y las mismas ideas. Tras vagabundear sin rumbo y analizar con idénticas dosis de agudeza y azoro las transformaciones sufridas por la patria desde el final del conflicto armado, un quiosquero le ofrece refugio y él no tarda en comprender que Alemania lo necesita tanto como en 1933. A partir de aquí, la imaginación burlesca de Vermes alza el vuelo y, tras una serie de aventuras propias de un pícaro del Siglo de Oro, nuestro héroe -nuestro antihéroe- se incorpora a la sociedad del espectáculo al participar en la emisión televisiva de un célebre comediante que, no por casualidad, es de origen turco.

Sin jamás silenciar sus convicciones, que como antaño van de su profundo desprecio hacia las instituciones democráticas a un odio serbal hacia los extranjeros, Hitler es recibido por la audiencia con idénticas dosis de asombro y escándalo. Mientras para unos no es más que un bufón que desgrana proclamas de mal gusto, para otros -intelectuales y periodistas liberales incluidos- es un lúcido analista que pone en evidencia las peores facetas de la Alemania unificada. Protegido por la directora de la cadena, aplaudido por la crítica (se hará acreedor al Premio Grimme, el más importante de la televisión germana) y venerado el público, Hitler se convierte en una estrella de los medios -igual que antes. Sus dotes histriónicas se mantienen intactas, lo mismo que su capacidad para polarizar a quienes lo escuchan. En cualquier caso, nadie sale indemne ante sus arengas y ante la manera en que exhibe, sin cortapisas, las aristas más banales, mezquinas o contradictorias de los políticos democráticos con quienes se enfrenta.

El dispositivo humorístico de Vermes se despliega, así, en una doble vía: a la vez que presenta al Führer...

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