Jorge Volpi / Limbo

AutorJorge Volpi

Vivimos en el limbo. No nos hemos dado cuenta, o más bien quisiéramos no darnos cuenta, ocultarlo, tratar de olvidarlo, fingir con todas nuestras fuerzas que no es así. Pero la realidad es que vivimos en el limbo de la justicia. Un país en el que, desde hace ya demasiados años, simulamos que existe el Estado de derecho, hablamos a diario del trabajo de policías y fiscales y abogados y jueces y magistrados y ministros, de procesos y recursos, de administración y procuración, e incluso de sentencias, como si todo funcionara, como si cada quien hiciera lo que le corresponde, como si fuéramos un país normal, aunque en el fondo todos sepamos que esta gigantesca maquinaria -esta enredada y caótica burocracia- casi nunca funciona.

Del mismo modo que durante la larga hegemonía priista vivíamos en una democracia simulada, donde en teoría había leyes electorales equitativas, partidos de oposición y posibilidades de impugnar las irregularidades, pero en realidad la democracia era una quimera que jamás rozaba la realidad, nuestro sistema de justicia se construyó de modo equivalente, con una abstrusa red de ordenamientos jurídicos, contradictorios y enfrentados entre sí, jurisdicciones federales y locales traslapadas, policías y ministerios públicos ineficaces y sin la menor capacitación, instituciones mastodónticas, procesos infinitos, jueces cerriles y una opacidad absoluta. A esa penosa construcción, había que añadir una corrupción rampante, que contaminaba cada esquina del sistema -de las fotocopias a las sentencias-, tortura y violaciones a derechos humanos como prácticas habituales, manipulación de pruebas e invención de testigos y culpables y una intromisión permanente de la política.

El resultado: un modelo donde solo quienes tenían poder económico o conexiones con las esferas del poder podían aspirar a que se cumplieran sus demandas y donde cualquier ciudadano que careciera de estas condiciones -es decir, una gigantesca mayoría de la población- no podía aspirar siquiera a un trato equitativo. El resultado: miles de inocentes sobrepoblando nuestras cárceles -otro espacio negro-, culpables que tarde o temprano evadían las sanciones y un sinfín de víctimas dejadas de lado en caminos interminables o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR