Jorge Volpi / Guerras de estrellas

AutorJorge Volpi

Cuando en 1977 se estrenó la primera película de Star Wars -en realidad la número 4, "Una nueva esperanza", en la cronología de George Lucas-, yo tenía nueve años y cursaba el 4o. año de primaria en el Instituto México, una escuela de hermanos maristas que, conforme a la desfasada pedagogía católica de la época, solo admitía varones. Recuerdo al titular de mi grupo, Saúl Barrales, como un profesor amable y generoso que siempre me apoyó pese a mi absoluto desinterés -o falta de talento- hacia el futbol, la única actividad que parecía importar en la escuela. Solo mucho después me enteraría de que aquel profesor había sido seminarista con los Legionarios de Cristo y de que, al lado de José Barba, fue uno de los ocho valientes que en 1997 se atrevieron a denunciar ante el Vaticano los abusos sexuales perpetrados por el padre Marcial Maciel.

Como para muchos de mis contemporáneos que no han resistido la tentación de contar su vínculo con ella, La guerra de las galaxias representó un punto culminante en mi educación sentimental y política, así como en la conformación de mi universo imaginario y de mi interés por la ciencia ficción (y la propia ciencia), iniciado con Star Trek -en primaria y secundaria siempre me apodaron Mr. Spock- y asentado, en 1978, con Battlestar Galactica. No habían transcurrido más que ocho años desde que el Apolo XI llegó a la luna y, si bien un tanto arrinconada, la carrera espacial seguía ofreciendo el perfil más atractivo de la Guerra Fría en un momento en que la posibilidad de una "destrucción mutua asegurada" no lucía remota. El mundo se dividía, en efecto, entre dos fuerzas antagónicas semejantes a las que se batían en la saga espacial. Y, como nadie imaginaba que a ese entorno bipolar no le quedaba más que otra década, sus resonancias maniqueas resultaban inquietantes.

Más allá de que George Lucas y sus guionistas -entre ellos Lawrence Kasdan, responsable también del capítulo 7, "El despertar de la fuerza", un clon perfecto del capítulo 4- hayan buceado en el universo de los mitos y el psicoanálisis a través de los libros de Joseph Campbell, parte del éxito perdurable de Star Wars radica en su capacidad para actualizar el pasado, con sus caballeros medievales, sus códigos de honor, sus maestros y aprendices y su fe en el amor romántico, y avizorar un futuro plagado de alienígenas y viajes espaciales, sin dejar de hacer guiños a ese presente que anunciaba un conflicto...

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