Jorge Volpi / Carambola francesa

AutorJorge Volpi

La primera catástrofe fue el Brexit. La segunda, Trump. La tercera, Marine Le Pen. Así se expresan quienes expresan una repentina vena pesimista, justo aquellos que nunca dieron crédito a la posibilidad de que el no pudiese imponerse en Gran Bretaña -un suicidio inconcebible entre sus flemáticos habitantes- y no concebían que un demagogo llegase a la Casa Blanca. De modo que, tras dos descalabros, se desgarran las vestiduras y anticipan, ahora sí, el fin de Occidente. Por fortuna, nada es tan simple y, aunque ya nunca habría que descartar la victoria de un fascista, esta simplificación no toma en cuenta las particularidades del sistema francés.

Un amigo francés solía decirme que su país era mayoritariamente de derechas pero que, cuando quería castigar a sus líderes, de vez en cuando votaba a la izquierda. Quizás la ironía sea un tanto exagerada -la tradición progresista radical está bien enraizada en muchos sectores-, pero no deja de tener algo de razón. Con dos importantes precisiones. La primera es el insoslayable republicanismo de su clase política, en casi todos los sectores del espectro ideológico, que crea un consenso general en torno a valores como la laicidad, la defensa de los derechos humanos o la excepción cultural. Y la segunda es que, de un tiempo a la fecha, sin duda el chauvinismo, el racismo y la xenofobia que infectan toda Europa han hecho que el castigo hacia la derecha también se decante ahora a favor de la extrema derecha representada por el Frente Nacional.

No obstante, el Brexit y Trump han provocado un curioso efecto búmeran que ha modificado drásticamente el escenario de las próximas elecciones. Una Marine Le Pen cada vez más alejada de los exabruptos de su padre, pero que no ha renunciado al corazón de su ideología, encabeza todas las encuestas: de allí el pánico de muchos. Pero lo cierto es que ella las encabeza desde antes del Brexit y de Trump y, gracias a esa tendencia francesa a siempre llevarle la contraria a Estados Unidos sin dejar de envidiarlo, quizás ambos triunfos le resulten contraproducentes.

Entretanto, la derecha y la izquierda también han sido objeto de sacudimientos impredecibles. En el campo de Los Republicanos -el espantoso nombre que Sarkozy le impuso a su...

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