Jorge Volpi / Apaciguamiento

AutorJorge Volpi

Mil novecientos treinta y ocho. Alemania concentra sus tropas en la frontera con Checoslovaquia -la nación centroeuropea surgida a consecuencia de la disolución del Imperio Austrohúngaro tras la Primera Guerra Mundial-, amenazando con la conquista de los Sudetes. La justificación: defender a la mayoría germanófila de la región y extender su zona de influencia. 2022. Rusia concentra sus tropas en la frontera con Ucrania -la nación de Europa del Este surgida a consecuencia de la disolución de la URSS tras el final de la Guerra Fría-, amenazando con la conquista de las regiones de Donetsk y Lugansk. La justificación: defender a la mayoría rusófona y extender su zona de influencia, impidiendo la entrada en la OTAN de las antiguas repúblicas soviéticas.

Observadas así, sin precisiones ni matices, las dos situaciones podrían parecer copias: dos imperios derrotados -el Reich alemán y la Unión Soviética-, que debieron aceptar condiciones humillantes por parte de los vencedores y que, tras años de recomposición y rearme, deciden recuperar lo que, piensan, siempre les perteneció. En el primer caso, sabemos bien lo que ocurrió: en octubre de 1938, tras la firma de los Acuerdos de Múnich firmados por Hitler, Mussolini, Daladier y Chamberlain, Hitler ocupó los Sudetes, el segundo gran paso en su carrera expansionista -poco antes había logrado la anexión de Austria- que culminaría con la invasión a Polonia en 1939, desencadenando la Segunda Guerra Mundial.

En el presente, Vladímir Putin ya ha logrado algo semejante: la anexión de Crimea -otro territorio rusófono- y el control militar de las llamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y en estos días amenaza con una invasión en toda regla de Ucrania, sea para colocar un gobierno títere -como filtraron los servicios de inteligencia británicos-, sea para ocupar otras partes de su territorio e impedir su integración en la Alianza Atlántica. Sus razones parecen, de nuevo, equivalentes a las de Hitler: preservar el control de una zona que siempre ha sido parte de su esfera de influencia y que Estados Unidos -y, en menor medida, Europa- han querido arrebatarle.

En este impasse, ha vuelto a emplearse el término apaciguamiento: la estrategia adoptada por el primer ministro inglés Neville Chamberlain con...

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