Jorge Volpi / Los amos del universo

AutorJorge Volpi

Exasperados, los ejecutivos no pueden creer que esos burócratas los hayan abandonado a su suerte, permitiendo que el cuarto banco de inversión más grande del mundo se desvanezca de la noche a la mañana. Es casi la una de la tarde del 16 de septiembre de 2008 y Henry Paulson, Ben Bernanke y Tim Geithner, secretario del Tesoro, presidente de la Reserva Federal y presidente de la Reserva Federal de Nueva York, acaban de confirmarles que el gobierno no acudirá en su rescate. Punto. Su última opción, luego del traicionero pacto entre Bank of America y sus odiados rivales de Merrill Lynch, era la oferta de Barclays pero, desoyendo las súplicas de la administración Bush, el Banco de Inglaterra se ha negado a avalar la operación. No hay, pues, alternativa. A la 1:25 de la tarde sus abogados inscriben la bancarrota en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Con más de siglo y medio a sus espaldas, Lehman Brothers ya es historia.

Hace casi cuatro años justos de este episodio, recreado en el intenso thriller Margin Call (2011) y en la más literal Demasiado grande para caer (2011), basada en el fascinante libro de Andrew Ross Sorkin (2009), y los análisis y las especulaciones en torno a su origen y consecuencias continúan proliferando en la medida en que el derrumbe de Lehman Brothers es percibido como el punto de quiebre -real o simbólico- de la Gran Recesión que aún aqueja a la mayor parte del mundo desarrollado.

¿Hubiese sido todo distinto si Paulson, antiguo patrón de Goldman Sachs, hubiese impedido la caída de sus antiguos competidores? Probablemente no: para entonces Wall Street se hallaba tan contaminada por los llamados "activos tóxicos" (las metáforas biológicas no son gratuitas) que la suerte de los cinco grandes bancos de inversión estadounidenses, interconectados con todas las instituciones financieras internacionales, parecía echada. Tras más de una década de "exuberancia irracional" -el término es de Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal por 20 años y responsable de no anticipar la crisis-, el capitalismo contemporáneo ya no parecía capaz de evadir la catástrofe incubada durante la burbuja.

Muchas fueron las causas que dieron lugar a esta "tormenta perfecta". En primer término, el triunfo de la ideología neoliberal -y la teoría de los mercados eficientes- tras la desaparición del campo comunista. Puestas en práctica por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y copiadas por políticos de todas las latitudes (Salinas en México), las...

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