Jorge Suárez-Vélez / Llamada de atención

AutorJorge Suárez-Vélez

Cuando antes de manifestarnos contra algo en sí mismo reprobable esperamos a ver quién lo hizo o dijo, vulneramos esencialmente los valores de nuestra sociedad. Pasa con demasiada frecuencia. Toleramos de más a quien coincide ideológicamente con nosotros, y sesgamos nuestra crítica contra quien no.

El debate reciente sobre la probable intervención rusa confundió a muchos. Está probado que influyeron no sólo en los comicios estadounidenses, sino también en el referéndum por el Brexit o por Cataluña. H.R. McMaster, el respetado consejero de Seguridad Nacional estadounidense, ha dicho que hay evidencia de la intención rusa de influir en julio en México, con una estrategia basada en utilizar sofisticadas herramientas cibernéticas para desinformar y difundir propaganda. Es absolutamente coherente que quieran hacerlo, y lógico que vean en López Obrador a un candidato que afectaría intereses estadounidenses. Si llega a Los Pinos, impactará mercados financieros, inversionistas internacionales y empresas multinacionales.

Lo digo sin ánimo de ofender al candidato. Es una observación objetiva de cómo sería percibida la agenda de quien, entre otras cosas, propone revertir reformas como la energética (lo que confirma su selección de Rocío Nahle como Secretaria de Energía), cuando inversionistas internacionales ya manifestaron su interés por invertir decenas de miles de millones de dólares en proyectos de explotación de yacimientos, comercialización de hidrocarburos, etcétera.

Si el resultado de la elección de julio fuese cerrado (poco probable a estas alturas dada la ventaja de AMLO en las encuestas), sería penoso que una victoria de Morena fuese empañada por la mano de una potencia extranjera en el proceso. Por eso no entiendo que la izquierda se mofe de esa posibilidad. Nadie está afirmando que haya colusión entre la campaña y ese gobierno, o que estén buscando esa ayuda, pero la evidencia de la intervención rusa en los procesos de Estados Unidos, Holanda, Noruega, Francia y Ucrania, admitida por las autoridades electorales de esos países, ameritaría tomarla en serio.

Pero dejemos a los rusos por la paz. Las reacciones al tema han sido en sí...

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