Jorge Suárez-Vélez / ¿Qué aprendimos de 2020?

AutorJorge Suárez-Vélez

Hace un año, cuando por inercia nos deseábamos salud y prosperidad en el brindis de Año Nuevo, ni idea teníamos de cuán precarios resultarían ambos conceptos en 2020.

Después de un año de ansiedad e incertidumbre, de la dolorosa pérdida de cientos de miles de vidas, ¿qué hemos aprendido? ¿Necesitábamos de un episodio tan devastador para entender la necesidad de políticas públicas sensatas, al margen de intereses políticos? ¿Ya entendemos por qué nos urge cambiar nuestra relación con el planeta? ¿Apreciamos por qué es urgente incorporar al asombroso progreso que hemos logrado como humanidad a millones que han sido marginados de educación y de oportunidades?

Este año ha puesto el reflector sobre lo mejor y lo peor de la especie humana. En un extremo, hemos visto cómo políticos sin escrúpulos no han titubeado en engañar y manipular a la población -rechazando el consejo de expertos y desdeñando a la ciencia- para mentir o para ocultar información que los hacía ver mal, sabiendo que ese engaño costaría miles de vidas.

En el otro extremo, los trabajadores de la salud han estado resueltos a arriesgar sus vidas por salvar las de otros, y comprobamos cómo la colaboración entre las mejores mentes del mundo fue capaz de crear en menos de un año vacunas que salvarán millones de vidas.

Hoy entendemos que invertir en ciencia es caro, pero que no hacerlo lo es mucho más. Lo mismo con los sistemas de salud pública, son como un cuerpo de bomberos cuya formación no podemos posponer hasta que la ciudad esté en llamas.

Esta demoledora pandemia es consecuencia de devastar áreas naturales, haciendo que seres humanos convivan con especies de las que deberíamos estar lejos. Espero entendamos que en las próximas décadas enfrentaremos el reto existencial de descarbonizar la economía. El costo de desarrollar energías limpias es nimio si lo comparamos con la brutal pérdida de vidas y la destrucción de valor que esta pandemia ha causado.

El ser humano ha sido capaz de progreso extraordinario, de crear inteligencia artificial, de decodificar el genoma. Podríamos alimentar a todos los habitantes de la tierra gracias a productividad agrícola que era inimaginable, por el desarrollo de mejores semillas, de herbicidas más efectivos y menos tóxicos, de fertilizantes extraordinarios, de potente...

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