Jorge Ramos Ávalos / Se vale matar al dictador

AutorJorge Ramos Ávalos

MADRID.- "No tengo Twitter. No tengo Facebook. No contesto el teléfono. No abro la puerta". Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura (2010), habla sin prisa y sin esconder nada, junto a la biblioteca de su apartamento en la capital española. "Tengo una mujer maravillosa que hace todas esas cosas y me facilita el que yo pueda dedicarme fundamentalmente a lo que a mí me gusta, que es leer y escribir".

Tampoco usa Google. En cambio una docena de diccionarios descansan en el escritorio, junto a una ventana, donde ha escrito sus últimas tres novelas. "La modernización para mí es una pesadilla", asegura con los brazos cruzados sobre su camisa azul y muy a tono con las críticas que hizo en su libro La civilización del espectáculo. "El 80 o 90 por ciento (de los tuits) son adefesios, tonterías, cosas de ociosos". ¿Se puede decir "tuitear", "bloguear" y "facebookear"? "Suena horrible y yo no lo digo. Me parecen malas palabras, obscenas, vulgares, feas, suenan todas como prestadas de otras lenguas".

Vargas Llosa, de 78 años y más de 20 novelas, no se quiere convertir en estatua. "El premio Nobel lo convierte a uno en una especie de figura pública", explica, enumerando los reconocimientos, cocteles, doctorados honoris causa, comités y entrevistas que tiene que rechazar para seguir escribiendo. "No me quejo de haber recibido el Nobel -estoy muy contento-, pero yo tengo que dedicar mucho más tiempo a defender mi tiempo".

Yo era -me quedaba claro- una de esas "presiones mediáticas invasoras" que le quitan tiempo para escribir. Pero me aguanté la pena y le hice preguntas por casi una hora. Había viajado a Madrid para entrevistarlo sobre la adaptación para la televisión de su novela La fiesta del chivo (2000). La novela se centra en la brutalidad, crueldad y desaforado apetito sexual con que el dictador, Rafael Leónidas Trujillo, gobernó República Dominicana de 1930 a 1961.

El dictador Trujillo muere asesinado en un auto. Entonces, le pregunto a Vargas Llosa: ¿se vale matar al dictador? "Yo creo que sí; a un dictador como Trujillo, sin duda", responde. "El tiranicidio es algo perfectamente legítimo. Los asesinos de Trujillo fueron verdaderamente, no asesinos, sino ajusticiadores".

¿Y Cuba?, le pregunto. ¿Para usted Raúl y Fidel Castro son dictadores? "Absolutamente", dice. "Yo creo que ahí se han cerrado todos los espacios". Sigo. "Si usted justifica la muerte de Trujillo, ¿se vale tratar de matar a los Castro?". Vargas Llosa...

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