Jorge Ramos Ávalos / Peña hincado ante Trump

AutorJorge Ramos Ávalos

De entrada, vamos a calmar los nervios y la ansiedad del presidente de México, Enrique Peña Nieto. Puede estar tranquilo. Nadie espera nada de él. No conozco a nadie que crea que Peña Nieto va a defender exitosa y eficazmente a los mexicanos -dentro o fuera del país- frente a Donald Trump.

Esta tiene que haber sido una de las negociaciones más fáciles que haya realizado Donald Trump, el autor del libro The Art of the Deal. No tuvo que hacer nada. Solo gritó y amenazó y Peña Nieto le entregó la casa antes de que se la pidieran.

México y Estados Unidos ni siquiera se han sentado a negociar y Peña Nieto ya cedió frente a Trump en tres puntos esenciales: en cambiar el Tratado de Libre Comercio (TLC), en la construcción de un muro en la frontera y en la deportación de miles -quizás millones- de indocumentados mexicanos. Peña Nieto nunca opuso resistencia.

Muchos recuerdan cómo Peña Nieto se paralizó frente a Trump en esa fatídica conferencia de prensa en Los Pinos a finales de agosto (donde no se atrevió a decirle que México no pagaría por una extensión del muro en la frontera). Pero pocos recuerdan que Peña Nieto, ahí mismo, cedió en algo mucho más importante: en modificar el TLC.

"El próximo presidente (de Estados Unidos) encontrará a un socio para encontrar la ruta para modernizar el TLC", dijo, repetitivo y nervioso, Peña Nieto. "Modernizar" es un eufemismo. Trump quiere cambiar el TLC para su beneficio o salirse del tratado y Peña Nieto le abrió la puerta. Literalmente.

Peña Nieto repitió su oferta de cambiar el TLC en su reciente discurso en Lima en la reunión de la APEC. "Más que hablar de renegociación, es hablar de modernización", dijo. En lugar de decirle "no" tres veces a Trump -no a la modificación del TLC, no al muro y no a las deportaciones masivas, como lo sugirió el ex canciller Jorge Castañeda en este artículo del The New York Times (http://nyti.ms/2g3TlSR)- el Presidente mexicano se convirtió, de hecho, en un cómplice de Trump.

Esto parece una adaptación de ese chiste del Porfiriato: ¿Qué hora es?, pregunta Trump. La que usted ordene, responde Peña Nieto.

México, sin duda, tendría mucho que perder si se modifica el TLC. Más del 70 por ciento de las exportaciones mexicanas van a su vecino del norte. Pero Estados Unidos también perdería mucho.

El 15 por ciento de las exportaciones de Estados Unidos van a México, según el Banco Mundial. Esto genera entre cinco...

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