Jorge Ramos Ávalos / América torcida

AutorJorge Ramos Ávalos

Estados Unidos se está moviendo a la derecha, América Latina a la izquierda y el continente americano se está torciendo. Y en una América torcida no fluyen naturalmente las ideas, el capital, el comercio y los trabajadores. La diferencia entre el sur y el norte es cada vez mayor, a tal grado que corremos el riesgo de una gran incomunicación.

Esa incomunicación es la que queda demostrada con la reunión en Santiago de Chile de 21 países miembros de la APEC (Foro Social y Económico del Asia Pacífico). Los presidentes americanos -George Bush de Estados Unidos, Vicente Fox de México, Alejandro Toledo de Perú y Ricardo Lagos de Chile- ni siquiera se plantearon llegar con algunas posturas comunes para beneficiar a nuestro continente frente al resto de las naciones de la APEC. No; como siempre y como si fueran desconocidos, cada quien se iba a rascar con sus propias uñas.

Parte del problema es que Estados Unidos se ha desconectado y desentendido de sus vecinos bajo la excusa de su guerra contra el terrorismo. Los ataques del 11 de septiembre del 2001 lo han cambiado todo, dice el gobierno de Bush, para justificar su alejamiento de América Latina y su nueva preocupación con Afganistán, Iraq y las amenazas de los radicales islámicos en el medio oriente. Pero Estados Unidos no se ha dado cuenta de que le está dando la espalda a quienes pudieran ser sus mejores aliados.

Dos ejemplos. Estados Unidos necesitaba los votos de sus dos principales socios comerciales en latinoamérica, México y Chile -ambos miembros del consejo de seguridad de Naciones Unidas- para legitimar su guerra contra Iraq. Y no los consiguió. De la misma manera, Estados Unidos necesitará de México y de los países centroamericanos para controlar la inmigración de indocumentados a su territorio. Solo no puede con el problema. Pero por ahora no parece haber ningún sentido de urgencia, ni verdadero interés por parte del gobierno estadounidense, en negociar un acuerdo migratorio continental.

Cada quien jala para su lado.

El movimiento a la derecha de Estados Unidos es inobjetable. La reelección de George W. Bush -derrotando a su contrincante demócrata, John Kerry, en 31 de los 50 estados- se basó en 59 millones de votantes que creen en la línea dura del Presidente contra los terroristas y en sus controversiales argumentos para atacar Iraq. Asimismo, estos votantes comparten con Bush su rechazo al aborto, a una amnistía migratoria, a las investigaciones científicas con células madres y al...

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