Jorge G. Castañeda / Priistas ardidos

AutorJorge G. Castañeda

Ayer, México obtuvo uno de los grandes galardones del sexenio de Fox. La Asamblea General de la ONU eligió a los 47 miembros del nuevo Consejo de Derechos Humanos. Se tuvo que escoger a ocho países de Latinoamérica entre 10 candidatos; México obtuvo 154 de 191 votos, junto con Brasil y Argentina más que cualquier otro de la región, obviamente más que Cuba (penúltimo lugar) o Venezuela (no fue electa), y entre los primeros 10 lugares de todos los que compitieron. Ello a pesar de que nuestros representantes ante la ONU, los embajadores Berruga y Gómez Robledo, tomaron la decisión audaz, digna y valiente (aunque temeraria para los burócratas de la SRE) de no entrar al juego de intercambio ni anuncio de votos, para un asunto de trascendencia. Esto confirma el prestigio del país, así como el acierto del gobierno de Fox de colocar los derechos humanos en el centro de su política exterior.

Confirma también el abismo que separa a la política exterior y al conjunto de las relaciones internacionales del país de la era democrática, de la política exterior del régimen anterior. Para algunos, "los ardidos" -con todo respeto, como diría AMLO-, dicho abismo es una verdadera tragedia personal, ideológica y sentimental. Para otros, como para mí, es motivo de orgullo, fortalecido por cada ataque de quienes el padrino espiritual de "los ardidos", Echeverría, llamaba emisarios del pasado. Es cierto que no todo lo de hoy sabe a fresco, ni lo que había ayer huele a rancio; pero tendencialmente es el caso. Entre las diferencias del abismo que separa ese pasado y el presente figura el chip priista en el manejo de la relación en su conjunto con EU.

Tal y como lo hemos sugerido en las páginas dominicales de esta casa -provocando rasgadura de vestiduras y airadas negativas priistas-, entre otras características del chip destaca la combinación de desplantes con arreglos en lo oscurito en la relación con EU. Como desplantes -luego reconocidos como errores-: el voto sobre el sionismo en la ONU en 75; el viaje del Presidente a Managua en 82; la minimización de la muerte de Camarena en 85; la supuesta expulsión de la DEA en julio de 92; y (para que no digan) anunciar un voto sobre Iraq en el Consejo de Seguridad de la ONU en febrero de 2003. Entre los arreglos en lo oscurito, no desmentidos por los actores: la complicidad con la CIA frente a Cuba entre 61 y mediados de los setenta; la súplica de "forgive and forget" en Tel Aviv en 75; los...

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