Jorge G. Castañeda / México y la crisis en Honduras

AutorJorge G. Castañeda

Cualquiera que sea el desenlace del drama hondureño, desde ahora podemos sacar por lo menos tres lecciones preliminares. Dos de ellas son buenas noticias; la tercera es de lamentarse.

En primer término, por si subsistían dudas, ya quedó claro que lo que sucede en Honduras no permanece en Honduras. Los asuntos hondureños no son exclusivamente de los hondureños. Media humanidad no sólo se ha pronunciado, con toda razón, contra el derrocamiento de Zelaya, sino que muchos gobiernos, principalmente de América Latina pero también -a través de la OEA- Estados Unidos y Canadá, han tomado medidas para tratar de revertir el statu quo. Enhorabuena, espero que la próxima vez que un comentócrata, diputado o patriota trasnochado vuelva a invocar la No Intervención y la Doctrina Estrada, se muerda la lengua.

Pero esta participación directa de la comunidad hemisférica en los acontecimientos de Tegucigalpa no se da en un vacío. Se produce a partir de razones jurídicas -endebles- y políticas -mucho más sólidas. Las jurídicas se refieren en muy pequeña medida a la Carta de Bogotá de 1948 que realmente no proscribe los golpes de Estado. Pero destaca que sea en estos últimos años cuando se ha producido el menor número de golpes en América Latina, desde esa fecha. La Carta Democrática, que sí es interamericana (CDIA) y fue suscrita el 11 de septiembre del 2001 por todos los países de la región -incluyendo la firma del que escribe a nombre de México-, sí lo hace. Pero lo hace con un estatuto jurídico ambiguo: la CDIA no forma parte de la carta de la OEA, no es un tratado separado ratificado por los Estados miembros y no tiene carácter vinculante explícito para ello. De tal suerte que la justificación de la injerencia hemisférica en los asuntos internos hondureños procede mucho más del consenso político a favor de la democracia que se ha logrado en la región a lo largo de los últimos 15 a 20 años, que de un régimen jurídico regional aún en ciernes.

Claro: para que ese régimen jurídico crezca y se consolide debe cumplir por lo menos una condición, cuya vigencia es aleatoria en este momento: la CDIA tiene que...

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