Jorge Buendía L. / Campañas soporíferas

AutorJorge Buendía L.

Estos son los comicios más reñidos en nuestra historia reciente pero, paradojas de la democracia, han despertado poco interés. Cualquier tema -los presidenciables del PAN, la popularidad de López Obrador, los libros sobre Marta Sahagún- desvía la atención pública sobre el proceso electoral.

Acostumbrados a los comicios climáticos de la transición, donde cada tres años se buscaba la caída del régimen priista, hoy nos encontramos con un proceso electoral donde la sola renovación de la Cámara de Diputados es insuficiente para despertar el entusiasmo de los medios y del electorado. Y los tres grandes partidos son en buena medida responsables de ello.

La mayor parte de la propaganda política en los medios electrónicos ha emanado de la casa presidencial durante un buen rato ("México pregunta/ Fox responde"). Si en un principio la publicidad gubernamental parecía publicidad partidista, hoy, la publicidad del PAN -"lo que nos mueve es México"- es indistinguible de la publicidad de cualquier gobierno priista.

Después de más de dos años de gobierno, foxistas y panistas han descubierto uno de los secretos del antiguo régimen: la apelación al nacionalismo, y la invocación a la palabra México, genera unidad alrededor de los gobernantes, en especial del presidente de la República.

La alta aprobación presidencial, objetivo ya alcanzado, debe beneficiar electoralmente a Acción Nacional. Por ello es más que una coincidencia que las campañas del gobierno federal y del PAN tengan como referente la palabra México o sus derivaciones ("Mexicano yo soy").

Si la publicidad panista carece de chiste o chispa, la del PRI se caracteriza por la repetición de lugares comunes, la reiteración convencida de que al PRI todo mundo le cree ("Ellos sí saben gobernar") y por un plausible, pero malogrado y tímido esfuerzo, por hacer de la economía y el desempleo los temas centrales de esta campaña ("Ellos sí tienen nuevas ideas para mejorar la economía").

La estrategia del PRI parece apostarle más al desencanto con el nuevo gobierno, que a la renovación de su imagen y sus ideas. Sin embargo, parece difícil que tres años de mala gestión panista pesen más en el electorado que los recuerdos, y efectos, de las crisis económicas de los últimos tres sexenios. En el mejor de los casos, los ciudadanos abandonarán al PAN, pero no regresarán al PRI.

El PRD, por su parte, busca hacer de esta elección un referéndum sobre la gestión de Andrés Manuel López Obrador. El énfasis extremo en López...

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