Jorge Alcocer V. / Yucatán

AutorJorge Alcocer V.

El próximo domingo inicia el desahogo de la agenda electoral del sexenio del presidente Felipe Calderón y el arranque ocurrirá en Yucatán, tierra natal de su mentor político y bastión en la brega de eternidades antaño protagonizada por el partido blanquiazul, que hace seis años se impuso al PRI gracias a la pinza formada por la unión electoral de todas las oposiciones -con Patricio Patrón Laviada como candidato- y el efecto inercial derivado de la victoria presidencial de julio de 2000.

Tres de las últimas encuestas publicadas (Reforma, El Universal, Milenio) coinciden en otorgar una mínima ventaja a la candidata del PRI, Ivonne Ortega Pacheco; una cuarta encuesta, la de GEA-ISA, difundida por internet, otorga amplia ventaja al candidato del PAN, Xavier Abreu; sin embargo, el patrocinio de dicho ejercicio (PAN) hace guardar reserva sobre sus resultados. El modelo prospectivo de la revista Voz y Voto indica que el PRI alcanzó posición ganadora, lo que no había ocurrido hasta abril. Sin embargo, el modelo coincide con las encuestas que señalan una cerrada competencia.

Aunque la posibilidad de victoria del PAN no está descartada, pues las tres encuestas primeramente referidas reflejan la indefinición de un segmento importante de electores (valga decir en la jerga periodística "empate"), de producirse con una reducida ventaja es seguro que provocará la reacción del PRI con efectos muy nocivos para el frágil entendimiento entre ese partido y sus legisladores con el Ejecutivo federal. Toda proporción guardada, la victoria del PAN en Yucatán tendría efectos similares a los que provocó la del PRI en el municipio de Huauchinango, Puebla, cuando al inicio del gobierno de Ernesto Zedillo, por ese resultado, los blanquiazules se retiraron de la mesa del diálogo político nacional, instalada unos meses antes.

En cambio, la victoria del PRI -oxígeno puro para su nueva presidenta- aunque sea por estrecho margen, abre una perspectiva de relativa tranquilidad para los efectos del diálogo y la construcción de acuerdos a nivel nacional. Aunque es previsible que el PAN recurra a los tribunales, en ellos dará la pelea sin mezclar otros ámbitos de su quehacer, pues la carga de ser gobierno recae sobre sus hombros.

La eventual derrota del PAN, o su triunfo por estrecho margen, tiene orígenes claramente identificables: a la ruptura del bloque opositor que hizo posible la victoria de Patrón Laviada, se sumó la división interna que condujo a la postulación de Ana...

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