Jorge Alcocer V. / ¿Qué queremos?

AutorJorge Alcocer V.

Para los autoritarios la pluralidad es un fastidio. Obliga a discutir, a negociar, a ponerse de acuerdo con los otros, a oírlos; frena decisiones que, en los años dorados de la mayoría absoluta, se tomaban en un solo acto.

Para los demócratas la pluralidad es una ventaja. Impide que alguien decida por sí y ante sí; obliga a considerar a los demás, a escucharlos y tomarlos en cuenta; a hacerlos partícipes de las decisiones.

Los autoritarios reclaman el ¡hoy!; los demócratas saben esperar, apuestan al mañana.

La democracia de nuestro tiempo sigue basada en el principio de mayoría que los inventores de esa vieja moda -los griegos- establecieron. Sólo que, como todo, la democracia evolucionó al paso del tiempo. Dejó de ser privilegio de hombres propietarios, hasta convertirse en derecho de todos. La humanidad tardó algo así como dos milenios para aceptar la igualdad de toda persona, sin importar diferencias de sexo, condición económica, educación, origen étnico o preferencias de cualquier tipo.

En la segunda mitad del siglo pasado, emergieron reclamos y movimientos en pro de los derechos de las minorías. La mayoría tiene derecho a decidir, pero debe considerar, al menos, la opinión y propuestas de los otros, es decir, de los que opinan diferente. Luego vinieron leyes y tratados internacionales que establecieron límites al ejercicio de la mayoría, empezando por la protección de los derechos humanos. Tener mayoría dejó de ser, ante la comunidad internacional, carta de impunidad para cancelar o limitar esos derechos.

En Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, los sistemas electorales fueron cambiando para dar acceso a las fuerzas proscritas por el autoritarismo imperante en los años previos. Los partidos comunistas fueron legalizados y para los parlamentos se introdujeron fórmulas de acceso para asegurar la participación de minorías.

Una nueva doctrina sobre la relación entre derechos de la mayoría y de las minorías empezó a surgir en el mundo democrático. Contra ella se alzaron la visiones totalitarias que seguían -siguen- postulando la doctrina del pueblo unido. En la primera década del nuevo siglo la visión de la pluralidad y la más amplia participación de expresiones políticas dominaron el escenario.

El reto de las democracias que adoptan el paradigma...

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