Jorge Alcocer V. / ¿A dónde van?

AutorJorge Alcocer V.

La elección de Alejandro Luna Ramos como presidente del TEPJF provocó generalizada sorpresa. Nadie esperaba que el decano de la Sala Superior ocuparía el cargo que durante los cuatro años previos había desempeñado la magistrada María del Carmen Alanís, a la que se le veía en competencia con los magistrados Pedro Esteban Penagos y Constancio Carrasco; este último declinó el lunes inmediato previo, mientras que el segundo lo hizo justo al iniciar la sesión electiva. Ambos dieron su voto al decano.

Entre los observadores de las instituciones electorales existen dos conjeturas sobre lo ocurrido. De una parte se considera que en la Sala Superior del TEPJF se formó una nueva mayoría, que no sólo obligó al relevo en la presidencia, sino también en los mandos superiores de las áreas no jurisdiccionales, como ya ha venido ocurriendo con la petición-exigencia de renuncias que se presentan, en muchos casos, como decisiones personales de los afectados.

Se entiende que los funcionarios del círculo operativo inmediato de la ex presidenta Alanís hayan presentado su renuncia, como ocurrió con su jefe de asesores; pero no se entiende, y mucho menos se justifica que, a pretexto del relevo en el mando, servidores públicos de larga data en el TEPJF hayan sido lanzados a la calle, sin más explicación que la decisión del nuevo presidente, o de quienes se asumen parte de esa nueva mayoría.

Un caso llamativo fue la obligada renuncia de tres funcionarios que eran, al mismo tiempo, aspirantes a consejeros electorales; en el boletín de prensa 79/2011, al parecer elaborado sin consentimiento de los afectados, se dice "Los funcionarios electorales solicitaron separarse de su cargo (...) para dedicarse plenamente a sus pretensiones legítimas de obtener un cargo en el Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE)". El redactor del boletín olvidó un pequeño detalle: han pasado más de 300 días desde que los ahora ex funcionarios del TEPJF aspiran a ocupar los lugares que ahora, supuestamente, motivan su renuncia.

Como ocurre con frecuencia en otras instituciones del Estado, en el TEPJF el relevo de mandos medios y superiores no parece seguir otra lógica que la de "quítate tú para ponerme yo". Pese a las normas y principios que dan pie a la pretensión de contar con un servicio civil de carrera, que otorgue...

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