Jorge Alcocer V. / Cronos no perdona

AutorJorge Alcocer V.

Las campañas electorales federales entran al último tercio, y seguimos sin novedad en el frente; las encuestas muestran una consolidación en la tendencia del candidato presidencial puntero (Enrique Peña Nieto) y una cerrada disputa por el segundo lugar entre López Obrador y Josefina Vázquez Mota. El efecto del llamado "viernes negro" del abanderado del PRI en la Universidad Iberoamericana ha sido una movilización juvenil en el Distrito Federal, identificada más por lo que no se quiere que por el apoyo a otro candidato. Sin embargo, hasta hoy, el activismo de los jóvenes capitalinos no tiene reflejo en las mediciones nacionales de preferencia del voto.

Además de lo positivo que resulta el involucramiento de los jóvenes defeños en el proceso electoral, el hecho ha permitido virar el foco de atención de lo que hacen, o dejan de hacer, el IFE y el TEPJF, hacia los escenarios de participación de ese segmento el día de la jornada electoral y en los días posteriores. Hay quienes auguran una "primavera mexicana" -en emulación de lo ocurrido el año pasado en Túnez y Egipto-; otros, más escépticos, creemos que la movilización no es sinónimo de votación y que los jóvenes seguirán siendo, por desgracia, el segmento más abstencionista del electorado.

Es lugar común hablar del "bono demográfico" (tema que fue puesto en el debate por Francisco Labastida en el ya distante año 2000). En 2012, México alcanzó el mayor número de electores jóvenes (18 a 29 años), segmento que representa más del 30 por ciento de la lista nominal, es decir 24 millones de potenciales electores, de un total de casi 79.5 millones.

De los jóvenes, según datos del IFE, 3.5 millones podrán votar por primera vez el 1o. de julio, en tanto que 10.5 millones tienen su segunda oportunidad; ya la tuvieron, en 2009, para diputados federales. Por tanto, para 14 millones de jóvenes es su primera llamada para elegir al Presidente de México. No volverá a repetirse.

Pese a la contundencia de los datos, es poco lo que sabemos del comportamiento político-electoral de los jóvenes. Hay algunos estudios del IFE, y otros de ONGs; destaco las aportaciones de la organización Fuerza Ciudadana, que desde 2005 se dedica a estudiar el tema. Coinciden en algunas conclusiones. Por ejemplo, que los jóvenes entre 18 a 29 años son los más abstencionistas; pero que los que tienen entre 18 y 21 años son los que más votan. Quizá, a falta de mejor hipótesis, debamos admitir la que atribuyo a Salvador Novo: a los...

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