Jorge Alcocer V. / ¡Ah, Chihuahua!
Autor | Jorge Alcocer V. |
En noviembre de 2011 la tenacidad e inteligencia de un pequeño grupo de mujeres, con y sin partido, agrupadas en la red Mujeres en Plural hizo posible la ya histórica sentencia SUP-JDC-12624/2011 mediante la cual la Sala Superior del TEPJF ordenó al IFE, y a los partidos y coaliciones, respetar la cuota de género en los términos establecidos en el primer párrafo del artículo 219 del Cofipe, sin excepción. Por ese juicio y esa sentencia, en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión hay el mayor número -absoluto y relativo- de mujeres legisladoras en la historia de México.
Ese enorme paso en la lucha para igualar las oportunidades entre mujeres y hombres no había podido trascender al ámbito de las elecciones locales, cuyas leyes y prácticas siguen ancladas en el pasado. El número de diputadas en los congresos locales es muy reducido; al igual que en las presidencias y cabildos municipales, cargos en que las mujeres son garbanzo de a libra. El DF no es excepción.
Las leyes electorales de los estados y del DF contienen normas relativas a la cuota de género, pero en muchos casos con porcentajes por debajo de la norma federal, y en casi todos con la misma excepción que motivó el juicio ante la Sala Superior: la cuota no aplica cuando los partidos aplican "procedimientos democráticos" para la selección de sus candidatos a cargos de elección popular; súmese a lo anterior la reiterada práctica de todos los partidos de fijar reglas internas que hacen nugatoria la cuota.
Este año 14 estados tienen comicios locales, el 7 de julio se elegirán diputados locales y ayuntamientos municipales, y solo en un caso gobernador. Pese a la referida sentencia y al compromiso de los partidos de actuar en consecuencia con ella, el número de mujeres que serán registradas como candidatas seguirá sin cumplir con la cuota del 40% mínimo. Los partidos se amparan en la excepción que sigue presente en las leyes electorales locales, y además hacen trampas, a ciencia y paciencia de los institutos electorales estatales.
Las mujeres que en esos estados militan en partidos políticos tienen temor de acudir ante el TEPJF en defensa de su derecho; pueden perder su trabajo, o su esposo sufrir represalias, o simplemente ser tachadas de "conflictivas" en su propio partido. Lo más difícil para promover un juicio como el que 10 mujeres...
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