Jorge Alcocer V. / Punto y aparte

AutorJorge Alcocer V.

En todo proceso electoral su resultado, y las decisiones de las autoridades electorales, son evaluados y calificados según la lente -partidista, ideológica, filias, fobias- de los opinantes; eso es parte de la normalidad, por no decir rutina, de las sociedades democráticas.

Corresponde al análisis, sea académico o profesional, aportar elementos de juicio, objetivos e imparciales, hasta donde ello es humanamente posible, para evaluar con otra lente y trascender la reacción epidérmica.

La elecciones federales concluyeron el pasado viernes con la entrega de la constancia de mayoría que acredita a Enrique Peña Nieto como Presidente electo; el día previo, la Sala Superior del TEPJF conoció y aprobó, por unanimidad, la sentencia que declara infundados los planteamientos de nulidad expuestos por el Movimiento Progresista en el juicio de inconformidad 359/2012.

Se puede valorar esa sentencia en forma aislada, como un hecho en sí mismo, del que solo importa el efecto que produce. También es posible hacerlo a partir de sus argumentos y su congruencia, ubicándola en el contexto del proceso electoral en conjunto, considerando las normas constitucionales y legales reformadas en 2007-2008.

Si al segundo criterio atendemos, debemos valorar cada etapa del proceso electoral; los acuerdos del Consejo General del IFE y las sentencias del TEPJF, emitidas y cumplidas a lo largo de casi un año.

Al hacerlo así, es posible afirmar que, tanto en sus aspectos técnicos y operativos, como en sus contenidos sustanciales, tuvimos una elección apegada a los principios constitucionales, y que sus resultados, tanto para Presidente como para diputados y senadores, reflejan la voluntad de los ciudadanos.No es que las elecciones hayan sido perfectas, inmaculadas; nadie sostiene ese extremo, que yo sepa. El debate es, y seguirá siendo, en torno a la ocurrencia de las irregularidades denunciadas y a su impacto en el voto ciudadano, en la libertad y secrecía del mismo.

Son muchas las lecciones que dejan estos largos meses, los trabajos que precedieron a la jornada comicial. Pero hay un hecho que algunos siguen ignorando. Me refiero a que tuvimos tres elecciones federales y 16 locales, pero las denuncias de violaciones graves están concentradas en la presidencial, como si las de diputados y senadores, de...

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