Jolgorio en Cherán

AutorFrancisco Morales V.

CHERÁN, Mich.- A primera vista, ningún punto de la carretera Zamora-Uruapan parece más inaccesible que este pueblo michoacano, situado en el corazón de la Meseta Purépecha.

En dos barricadas permanentes, en ambos extremos de Cherán, hombres con armas largas interrogan a cualquiera que pide entrar. Disciplinados, impasibles, los elementos portan lentes oscuros, uniformes tácticos y un rótulo distintivo en sus chalecos antibalas: "Ronda Comunitaria".

Este día, sábado 24, se les ha instruido una excepción. Tras una breve revisión ocular, dejan pasar sin mayor aspaviento a la camioneta blanca -carente de todo distintivo oficial- que transporta al equipo de las Misiones por la Diversidad Cultural de la Secretaría de Cultura (SC).

Desde abril del 2011, entrar a Cherán está reservado, casi exclusivamente, para los habitantes del pueblo y los de algunas otras localidades cercanas, siempre y cuando puedan acreditar un propósito claro para ingresar. En el caso de los funcionarios federales, fue absolutamente necesario un aval desde adentro.

Hace ocho años, el pueblo se levantó en armas contra el crimen organizado y sus aliados, los "talamontes", como se conoce a los grupos dedicados a depredar ilegalmente, en colusión con autoridades municipales, los abundantes bosques de pino, encino y oyamel que circundan la localidad.

Hoy, Cherán tiene su propio Gobierno comunal, sustentado en usos y costumbres, y electo por mecanismos directos sin mediación de partidos políticos. También su propio sistema de impartición de justicia, y su propia fuerza policiaca para ejercerlo, la Ronda.

A este mundo aparte, separado de facto de su entorno, uno de violencia cotidiana, es al que tuvo que aprender a ingresar la SC.

Para mostrar su singularidad, el artista Fernando Llanos, cabeza del equipo michoacano de las misiones, echa mano de una imagen elocuente en su celular: una lista con todos los municipios del Estado y el rostro de sus alcaldes y siglas de partido. La única excepción es Cherán, que únicamente arroja el escudo de la localidad: dos manos abiertas que resguardan una semilla de pino, ante un monte verde, con el fuego purépecha del dios Kurikaveri como corona.

"A diferencia de los demás municipios, con Cherán (el primer contacto) nunca fue a través del Gobierno y nunca vinimos en un coche oficial o diciendo que traemos un programa federal. Aquí es muy claro que estamos viniendo por la invitación de una persona de la comunidad", dice Llanos sobre el abordaje.

La...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR