Jesús Silva-Herzog Márquez / Los 'grandes mexicanos'

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

El comercial aparece con frecuencia en televisión y en radio. Por la televisión podemos asomarnos a un salón de clase. Libros en un estante, el pizarrón repleto de sumas, un globo terráqueo, cartelitos que invitan a leer. La maestra, muy sonriente, pasa lista, aunque, curiosamente, no sigue el orden alfabético. Los niños, peinados y bien sentaditos, responden a la maestra levantando la mano y diciendo "Presente". Pero este salón no es cualquiera: es el aula donde estudian los personajes del mural de nuestra historia. La infancia de estos héroes es simultánea. La profesora empieza con la primera en la lista: "Ortiz, Josefa", y una niña que aún no ha conocido al señor Domínguez responde: "Presente". Después vendrán Hidalgo, Miguel; Juárez, Benito; Vicario, Leona; Zapata, Emiliano; Madero, Francisco; Morelos, José María. Todos, vecinos de pupitre. La voz del narrador explica lo que vemos: "Para que todos nuestros niños tengan la posibilidad de convertirse en grandes mexicanos, partidos políticos, legisladores y el gobierno de la República ponen en marcha la reforma educativa".

El anuncio es impecable. Una eficaz promoción de la reforma educativa del gobierno. Los nombres de bronce, al referirse a niños, se transforman en algo cercano, entrañable. La voz de esos alumnos que serán famosos se entrelaza con el mensaje oficial que publicita la reforma del sistema educativo. Una buena pieza de propaganda. No me llama la atención la selección de personajes: los tres momentos épicos de la historia mexicana, representados por sus figuras emblemáticas. Héroes de la independencia, Benito Juárez como héroe solitario de la Reforma y un par de mártires de la Revolución. Todo muy consensual como es el tono del momento: cuota de mujeres, ídolos de la izquierda y de la derecha. Lo que me resulta interesante es que los publicistas hayan identificado a los "grandes mexicanos" con los políticos. Al parecer, los buenos mexicanos han de dedicarse a la política: si matan y mueren por ella, mejor. En el salón de la sincrónica infancia del heroísmo hay sólo espacio para quienes se dedicaron a la lucha por el poder: presidentes o rebeldes; reformadores o revolucionarios; estadistas o insumisos. Políticos.

Se trata, por cierto, de políticos involucrados, de un modo u otro, con la guerra, es decir, con la muerte. Independencia a través de las armas, democracia a través de las armas, justicia a través de las armas. Los niños estudiosos que...

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