Jesús Silva-Herzog Márquez / Nuevas señales de Los Pinos

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

La casa presidencial ha empezado a trasmitir nuevas señales. Algunas son alentadoras. La elección intermedia significó un duro golpe al grupo presidencial, debilitando la posición del Ejecutivo frente a la legislatura. Tras la votación del 2009, aparecía, incluso, una nueva mayoría dentro de la Cámara de Diputados. Se anticipaba entonces que el largo fin de sexenio sería simplemente el preparativo para el retorno de los antiguos propietarios de la residencia presidencial. Hay que reconocer que las cosas no han seguido el libreto del cartucho quemado. En condiciones complejas, el Presidente se aferra a las riendas.

Merece destacarse que sigue ejerciendo el mando de su partido. La consecuencia más importante de las elecciones locales fue precisamente ésa: consolidó el liderazgo de Calderón dentro del PAN. El éxito de las alianzas dio a la posición presidencial fuerza al interior del PAN. Imaginemos lo que hubiera sucedido de haber sido un fiasco. De haber fracasado las alianzas, estaríamos hablando hoy de un gobierno en extremo débil que enfrenta una oposición cruenta desde dentro de su partido. El hecho es que Felipe Calderón sigue siendo el líder indiscutible de Acción Nacional. El Presidente ha reconstruido su equipo con el mismo criterio que ha empleado: la lealtad por encima de la experiencia; la lealtad por encima de la competencia; la lealtad por encima de cualquier cosa. Si la capacidad presidencial equivale a la competencia de su equipo, Felipe Calderón es el Presidente más limitado de la historia moderna de México. Dicho esto, debe subrayarse un cambio importante en el equipo del Presidente. Durante la década panista, los presidentes han convivido con un secretario de Hacienda de larga experiencia financiera y con peso político propio. Algunos hablaban de una especie de diarquía: el ministerio de finanzas como el reino independiente de la tecnocracia. Calderón tuvo la osadía de romper con ese tabú y colocar en esa posición a un hombre suyo. El cambio le da a su gobierno un instrumento con el que no había contado a plenitud hasta ahora.

Calderón prolonga su liderazgo dentro de su partido y fortalece su posición en el manejo de la política económica. También ha dado señales de apertura que merecen ser reconocidas. Desde el asesinato del candidato priista a la gubernatura de Tamaulipas, el presidente Calderón convocó a las fuerzas políticas del país a definir una política de unidad frente al crimen organizado. No lo hizo desde la...

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