Javier Hurtado/ Presidente y abogado defensor
| Autor | Javier Hurtado |
Por los últimos acontecimientos suscitados tanto en el PRI como en el gabinete del Presidente Vicente Fox, da la impresión que en nuestro país la política es una actividad inconexa, anárquica, ambivalente, carente de liderazgos; y, en la que se sobrepone el interés particular al del conjunto.
Señalar lo anterior, no significa estar abogando a favor de un pensamiento y actuación uniforme entre los miembros de cada una de estas entidades políticas. Lo que se indica es que "la grilla" y los golpes bajos para afianzar o promover intereses personales, pueden entorpecer la marcha de las instituciones y retrasar los necesarios acuerdos que se requieren para sacar adelante los programas gubernamentales. Más aun: lo ocurrido es contrario a la esencia misma de la política que supone liderazgo y conjunción de esfuerzos y voluntades en pos de objetivos de beneficio común, tanto para los miembros de cada organización como para el país en su conjunto.
Primero fue lo ocurrido en el PRI. Ahí, escasos días duró la positiva señal contenida en la asistencia de los más importantes dirigentes de ese partido a la residencia oficial de Los Pinos, donde recibieran la invitación presidencial a juntos "gobernar el cambio". Las intrigas palaciegas, y las disputas por el liderazgo al interior de ese partido político entre la secretaria general de su Comité Ejecutivo Nacional, Elba Esther Gordillo y su presidente Roberto Madrazo, vinieron a dar al traste con ese acercamiento que auguraba efectos positivos para ambas partes; y, en consecuencia, para todo el país. Pocos días bastaron para que Madrazo mismo se encargo de recular, y de "pintar su raya" con una Administración que -según dijo- "no es el Gobierno del cambio, sino el Gobierno en turno" (como si el serlo lo descalificara para poderse aliar con él). En el caso de Madrazo, afianzar su liderazgo personal frente al de Elba Esther -que todo indica fue la artífice de la reunión en Los Pinos-, lo llevó a abortar un acuerdo político que a la postre hubiera redituado mayores dividendos a su partido (tal como lo hiciera el PAN durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari).
Después vendría la más fuerte pugna entre miembros del Gabinete. A las ya conocidas disputas entre el Secretario de Gobernación y el de Relaciones Exteriores; entre éste y el Secretario de Hacienda; y los desacuerdos entre el Secretario de Seguridad Pública y el Procurador General de la República, ahora viene a sumarse la confrontación ríspida...
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