Javier Milei es más de lo mismo para Argentina

Fecha de publicación06 Septiembre 2023

Por Andrés Velasco

Javier Milei, el populista de derecha argentino y aspirante a la presidencia, está siendo promocionado por algunos como el hombre que salvará la economía de su país. Pero la principal tarjeta de presentación de Milei no es la solidez de sus políticas –algunas de las cuales son realmente extrañas– sino su actuación de indignación.

LONDRES – Según los psicólogos, el sesgo de confirmación es una de las trampas más frecuentes que nos tiende el cerebro humano. De manera involuntaria, distorsionamos la evidencia para seguir creyendo lo que queremos creer. Es lo que hacen muchos comentaristas tras el triunfo en las primarias de Javier Milei, el populista de derecha y candidato a la presidencia de Argentina.

El Wall Street Journal afirma que “es posible que la clase media argentina haya dejado de aceptar el estatus quo que le roba el fruto de su trabajo”, y alaba a Milei porque desea “abrir mercados, recortar el gasto público, poner fin a los controles de capital y privatizar las empresas de propiedad del Estado”. Un respetado consultor local escribe en un informe a sus clientes que Argentina finalmente regresa a los fines del siglo XIX, cuando la libre empresa reinaba sin cortapisas.

Si así fuera… Algo grande está sucediendo en Argentina, pero no se trata un movimiento de base a favor del libre mercado. Se trata de una revuelta antiestablishment, de ésas en las que América Latina se especializa hoy por hoy. El único partido político reelegido en las urnas recientemente fue el de Daniel Ortega en Nicaragua, y Ortega se robó esas elecciones.

Varios de los presidentes heterodoxos llegados hace poco al poder, desde Andrés Manuel López Obrador en México a Pedro Castillo en Perú, y desde Gustavo Petro en Colombia a Gabriel Boric en Chile, triunfaron criticando a la “oligarquía” y a los “poderosos de siempre”. Esto es exactamente lo que hoy hace Javier Milei en Argentina cuando corea la canción “que se vayan todos” y promete deshacerse de la “casta gobernante” sacándola “a patadas en el culo”.

El sesgo de confirmación conduce a la sobreinterpretación de los hechos. Después de que en 2019 los chilenos se lanzaran a las calles a protestar de manera masiva (y muchas veces violenta), y tras la elección, en 2021, de una asamblea constituyente dominada por la extrema izquierda, los progresistas rápidamente llegaron a la conclusión de que Chile había “despertado” frente a los males de la desigualdad y que el país nunca más...

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