Javier Livas / La guerra de los 'mims'

AutorJavier Livas

No vivimos la era de la información, sino la guerra de los "mims". No estamos informados, estamos "mimificados".

Invento palabras porque no encuentro mejor manera de decirlo. "Meme" en inglés lo traduzco a "mim" en español.

Los "mims"/memes se están esparciendo en la sociedad como plagas. Los jóvenes se contagian de enfermedades incurables.

Otros tenemos malicia. Leer periódicos nos entrenó para el debate. Detectamos el rollo, a los falsos y el amarillismo, pero los jóvenes no: ellos son víctimas propiciatorias. El amarillo del meme les brilla como oro.

Recordemos, el meme (el "mim") fue inventado por el biólogo Richard Dawkins para describir un paquete de información que toma vida propia. Explicar la evolución de la inteligencia humana. Como buen "mim" se esparció con rapidez.

Pero haciendo honor a su naturaleza, el "mim" se bifurcó en dos: uno es el original, científico y muy útil, al que le llamaré "mim". En cambio, a su degeneración vulgar los usuarios de internet lo bautizaron como meme con "e", aunque se oye fatal.

El popular meme es una foto con una leyenda chusca. También puede ser un video, aunque no reciba el nombre de meme.

Se desparraman cual virus que "infecta" y se anida en mentes indefensas, y las recluta para contribuir al contagio. ¡A cuántas estupideces se les da "forward"!

El meme ha desplazado al "mim". Los memes nos gobiernan y la teoría de "mims" explica por qué.

El envío de memes al por mayor va de la mano con una cultura de gratificación instantánea que las redes sociales facilitan.

Cualquiera esparce memes aunque no aporten nada a la sociedad. Un estudio encontró que combinar color y movimiento con premios instantáneos e interacción social libera dopamina en el cerebro. Es adictivo.

Tres ejemplos: los juegos electrónicos literalmente envician a los niños. Hay coreanos que juegan en su compu usando pañales de adulto para no tener que levantarse al baño. Y un caso muy local: vemos cómo las sampetrinas son especialmente vulnerables a ir texteando mientras manejan.

En efecto, aun los "mims buenos" se meten en tu cerebro y emergen habiéndose posesionado de un pedazo de tu cerebro. Los malos con mayor razón.

Cada recado -por intrascendente que sea- dispara un mecanismo irrefrenable de...

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