Javier Livas / Congreso soberano

AutorJavier Livas

El Congreso es un órgano colegiado, es decir, sus decisiones se formulan por una colectividad que las aprueba por mayoría. Esa colectividad, de acuerdo a la ley, actúa en forma soberana.

¿Qué quiere decir soberanía? Pues precisamente que actúan como un rey, que no tienen un jefe. Como quien dice, ni siquiera todo el pueblo reunido afuera puede decidir por ellos.

El pueblo también es soberano, pero estamos hablando de otro nivel constitucional. Se refiere a la soberanía para cambiar incluso la forma de Gobierno. Es una especie de derecho a la revolución que en México está aceptado jurídicamente, por paradójico que parezca.

El resto de la soberanía del pueblo se ejerce mediante el voto. Si no te gusta lo que hacen los Diputados puedes elegir otros, pero hasta dentro de tres años en la siguiente elección.

O sea, el pueblo es soberano a muy largo plazo; y el Congreso es soberano en otro nivel más abajo, pero más a corto plazo y más efectivo.

Puede pasar un siglo y no cambiamos la forma de Gobierno; y casi a cada rato el Congreso produce una nueva ley o modifica otra.

El principal problema que yo le veo al órgano de gobierno llamado Congreso (aplica a lo local o federal) es que sus reglas de funcionamiento son prácticamente las mismas que cuando nació la democracia representativa y el sistema de tres poderes hace casi 250 años en Estados Unidos.

El sistema de iniciativas y de discusión está totalmente obsoleto. Digan si no: se supone que un Diputado habla y los demás lo escuchan con atención. Falso. Se supone que todos conocen el tema. Falso. Se supone que del debate sale la verdad. Falso. Se supone que los Diputados votan honestamente según su leal saber y entender. Falso. Se supone que la mayoría es más sabia que la minoría. Falso. Se supone que los derrotados colaboran posteriormente con los mayoritarios. Falso. ¡Chin, puros falsos!

Si observamos con cierto conocimiento los productos del Congreso, las leyes que produce, caemos en conclusión que nacen defectuosas. No hay una sola que salga bien librada. Si como dicen, un camello es un caballo de carreras diseñado por un comité, imagínense por siete u ocho partidos en pugna jalando cada uno pa' su lado. ¡No manchen! ¿Ahora qué? ¿Nos...

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