Javier Livas / Canchas similares

AutorJavier Livas

Ya no quiero ver los juegos de la Selección Mexicana de futbol.

Inicialmente creí que los 0-0 eran mi mala suerte, pero la verdad es que México no mete goles. Si se han salvado de la descalificación ha sido gracias a un portero milagroso.

Me pregunto si el bajo desempeño de la Selección tiene una misma raíz con lo que le sucede a México en la política y como país. Parecieran canchas similares.

Teniendo todo para triunfar, los resultados en ambos terrenos son peor que mediocres, simplemente inaceptables y frustrantes.

Quizá en el caso de todo el País no sea tan obvio. Pero tratándose de las fallas de la Selección Mexicana definitivamente sí es muy obvio. Debiéramos ganar a Panamá, Costa Rica, Honduras por golizas, y nada. Ahí estamos con el alma en un hilo cruzando los dedos para que México despierte y califique. Igualito que en la vida política.

Preocupado por esta situación empiezo a buscar respuestas. Pregunto a los que saben de futbol. Tengo opiniones diversas, desde gente experta hasta taxistas en la Ciudad de México.

Aquí va mi teoría sobre lo que sucede con la Selección Mexicana de futbol. Y es nada lejana de lo que ocurre en política, tan así que mentalmente podemos intercambiar escuadras (jugadores y políticos) y la teoría aplica para ambos terrenos.

No es un problema de talento en la cancha. La Selección cuenta con varias superestrellas internacionales. Son muchachos que saben meter goles en canchas europeas. Algunos fueron campeones mundiales en la Sub 17.

Los jugadores ganan sueldazos. Muchos son famosos y sirven de inspiración para los niños y jóvenes mexicanos. Ganan dinero con las apariciones personales, salen en anuncios. Están bien alimentados y entrenados. El problema tampoco es por ahí.

Nuestros seleccionados están acostumbrados a jugar en la Ciudad de México. Sin embargo, la ventaja de la altura la están desperdiciando.

La capacidad de absorción de su hemoglobina es superior a la de sus oponentes, pero no se ha traducido en un claro dominio en la cancha. Los visitantes se ven faltos de oxígeno, pero algo los hace superar la desventaja natural. Cuando México es visitante y juega a nivel de mar, debería mostrarse como un equipo de Supermanes, pero eso tampoco sucede.

La única respuesta es simple. Y ojo con el mayor símil con la política: no saben jugar como equipo. La Selección no es un equipo. La suma de estrellas no produce un equipo estrella, sino un equipo más bien mediocre. ¿Entonces el problema es del entrenador?

Yo...

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