Javier Hurtado / Triunfo de la razón y la democracia

AutorJavier Hurtado

Lo ocurrido el fin de semana pasado en la Asamblea Nacional panista celebrada en la ciudad de León, Guanajuato, ha venido a mostrar las posturas reduccionistas o maniqueas con las que algunos de sus actores políticos tratan de justificar o cuestionar -según convenga a sus intereses- lo ahí acontecido.

Las posiciones han ido desde las que consideran que, a partir del fin de semana, un nuevo PAN surgirá, hasta las que suponen que al seno de ese partido se reproducirán los peores vicios que han caracterizado a otros institutos políticos. Ya encarrerados, al hacer el balance de la nueva correlación de fuerzas se ha llegado a decir que no hubo ningún ganador y sí un gran perdedor: el propio Partido Acción Nacional, que de ahora en adelante reproducirá las peores prácticas y conductas del PRI y del PRD.

Nada más falso que todo lo anterior:

  1. - El hecho de que el Presidente de la República se haga del liderazgo de su partido no significa necesariamente que se esté reproduciendo una práctica priista. No entenderlo, o no ver las diferencias, muestra una grave confusión entre dos realidades totalmente distintas: una cosa es ser partido del Gobierno (lo que en cierta forma era el PRI) y otra ser partido en el Gobierno (lo que es el PAN desde que ganó la Presidencia, pero lo será más a partir de lo ocurrido en León).

  2. - Quienes al interior del PAN reconocen y se reconocen en el liderazgo del Presidente de la República actuaron en congruencia con un elemental sentido de lealtad y disciplina partidaria que se presenta en cualquier democracia del mundo.

  3. - Quienes abuchearon y le chiflaron al dirigente nacional de ese partido no es que se hayan "conducido como perredistas", sino que lo hicieron como civiles de carne y hueso (no monjes, ni santos) que sienten pasión por la política. En todo caso, ¿quién es más perredista -si esto lo entendemos como sinónimo de indisciplina y desconocimiento de la autoridad presidencial-: Manuel Espino o cualquiera de lo Gobernadores del PRD? De la misma forma, ¿por qué cuando un panista le chifla a Manuel Espino se convierte en perredista y cuando Vicente Fox lo hacía como Jefe de Estado para dirigirse a los gobernados no era cuestionable, sino signo de los "nuevos tiempos democráticos"?

  4. - Los panistas que critican los abucheos a su dirigente nacional olvidan aquí el "derecho a la libertad de expresión"; sólo la invocan para justificar las calumnias que propalan en las campañas negativas contra candidatos de otros...

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