Javier Hurtado / IMSS en la encrucijada
| Autor | Javier Hurtado |
Hoy miércoles es la fecha límite en la cual tanto el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social deberán haber llegado a un acuerdo en torno al Régimen de Jubilaciones y Pensiones en la institución.
Como se recordará, fue en octubre de 2003, cuando de último momento directivos y trabajadores del IMSS pospusieron para marzo de 2004 el análisis de las propuestas a su régimen para, entre otras cosas, aumentar la edad de retiro y el incremento de las cuotas sindicales para tal fin, con el objeto de sanear las finanzas del Instituto.
Así, el 12 de marzo pasado, el Sindicato celebró su 23 Congreso Nacional Extraordinario que no sirvió de gran cosa para dicho fin, pues los representantes de los trabajadores sólo aceptaron aumentar en tres puntos porcentuales la cuota que actualmente aportan (que es también de un 3 por ciento); con lo que prácticamente las cosas quedaron como actualmente están, con todos los problemas y riesgos que a la viabilidad financiera del Instituto ello le significará.
Ante tal circunstancia, ambas partes convinieron darse como plazo hasta el 31 de marzo para que la parte institucional decida si acepta la propuesta sindical tal y como ellos la aprobaron, o bien, la institución la rechaza y en consecuencia el IMSS entraría en una situación de Paro o Huelga Nacional, con la agravante de que en este caso -que tiene iguales o mayores implicaciones sociales que las líneas aéreas- no existe la requisa, es decir, la posibilidad de que el Estado intervenga y opere directamente los servicios que presta el Instituto.
Ante tal circunstancia, es evidente que el IMSS tendrá que plegarse y aceptar las resoluciones de sus trabajadores, pues no se necesita mayor esfuerzo para darse cuenta que el Gobierno federal no puede permitir que la institución que presta servicios de salud a más de 12 millones de asegurados y a poco más de 40 millones de derechohabientes quede paralizada. Esto, a pesar de la postura empresarial en el sentido de que "si ha de tronar el cuete, que truene de una vez".
El problema por el que actualmente viene atravesando el IMSS tiene que ver esencialmente con la existencia de condiciones políticas de otra época que prevalecen. Es decir, se trata, por un lado, de viejos esquemas de relación entre los trabajadores y el Estado mexicano basados en el intercambio de prebendas y canonjías por lealtades políticas a un sistema político y a un partido hegemónico hoy inexistentes.
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