Javier Alberto Reyes / Los tres cochinitos

AutorJavier Alberto Reyes

Hay una noticia reciente en medios norteamericanos que quizá no llegue a medios mexicanos pronto (o del todo), principalmente porque para muchos no vende informar que Pemex es tan buena empresa que sobrevive a pesar de que el Gobierno federal y numerosos roedores que allí trabajan le succionan miles de millones cotidianamente.

Así que, por si no llega la noticia o por si su "caja idiota" se la da ya digerida, permítame informarle que Pride International, Inc., una empresa perforadora con sede en Houston y que provee a la industria del gas y el petróleo, con fecha 29 de febrero ha informado en su reporte anual (Forma 10-K) a la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (la "SEC" o Securities and Exchange Commission), que se encuentra investigando potenciales violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas Foráneas en diversas jurisdicciones donde opera, incluyendo México.

Según la empresa, ha encontrado ya evidencia de que del 2001 al 2005 se hicieron pagos a funcionarios del gobierno mexicano en conexión con licitaciones para la perforación de pozos petroleros, "entretenimiento impropio" de servidores públicos, aceleración de asuntos migratorios, así como para pasar equipo por aduanas.

Y mucha tinta se ha invertido ya en el "jugoso negocio" que fueron las fronteras durante el sexenio de Fox, y de cómo les crecieron los cachetitos a sus hijastros en esos seis largos años de Hidalgo. Los altos mandos de Pride International estiman que se canalizó a los bolsillos de nuestros heroicos compatriotas algo así como un millón de dólares.

La pregunta obligada en este punto es: ¿y? Pues sí, se la acepto. ¿Y? ¿A quién le importa que las empresas cumplan el glorioso cometido de ésta y pasadas administraciones de hacerse lentamente de Pemex, si en el camino dejan variados dolaritos en bolsillos nacionales? ¿Qué se piensa hacer de este lado de la frontera para, por fin, darle algo de sentido a esa bella mentira de las "manos limpias"?

Y éste es solamente el primer cochinito del que le quería platicar hoy, y el cual seguramente terminará en una flamante comisión investigadora de la Cámara de Diputados, en donde el PAN defenderá a capa y espada a sus pequeñas ovejas descarriadas, mientras el PRI seguirá jugando a que nunca probó de esas mieles y ahora enarbola el estandarte de la pureza.

Y los años pasarán, y el cochinito seguirá con hambre, haciendo que su ministro le traiga 500 pasteles que, no es por querer meter cizaña, pero deberían entrar...

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