Jason Bateman: Actor antes que todo

AutorFidel Orantes

ENVIADO

LOS ÁNGELES.- Por casi 40 años, Jason Bateman ha dedicado su vida a la actuación.

A principios de los 80, comenzó su carrera en series como Silver Spoons y The Hogan Family, pero fue al comenzar este siglo que cobró fama internacional por su interpretación de Michael Bluth en la comedia televisiva Arrested Development.

También se ganó un lugar en la pantalla grande con películas como Juno, Quiero Matar a mi Jefe y Fiesta de Navidad en la Oficina.

Últimamente, su carrera se ha inclinado hacia la dirección, y lo ha hecho tan bien, que en 2019 ganó un Emmy por Mejor Dirección en una Serie Drama por su trabajo en Ozark. Pero lo suyo, asegura, es actuar. Y pretende seguir haciéndolo, sin importan cuán bien le vaya detrás de la cámara.

"En este momento estoy disfrutando mucho más el desafío de la dirección dado su alcance más amplio. Es igual de difícil, pero me gusta actuar en las cosas que dirijo porque hace las cosas más sencillas, pues no tengo que dirigir a tal o cual actor.

"Tengo una mano en el volante detrás de la cámara y luego otra en el frente, por lo que son dos pares de ojos que absorben y procesan parte de la información más complicada que me atrae tonalmente desde el punto de vista del guión", explica Bateman.

Curiosamente, fue casi a inicios de su carrera cuando dio sus primeros pasos en la dirección, al hacerse cargo de algunos episodios de programas de televisión en los que apareció.

Su ópera prima fue Bad Words (2013), cinta que también protagonizó, y siguió The Hogan Family (2015). En la pantalla chica, su más reciente trabajo fue en la miniserie de HBO The Outsider, en la que también tuvo un rol y fungió como productor ejecutivo.

"Me siento muy afortunado porque me han dado algunas oportunidades de ver si he adquirido todo lo que he tratado de aprender en estos años al ser director y productor ejecutivo en televisión, porque tienes una posición en la que ves todo.

"Estoy aprendiendo. De verdad, agradezco por el material, el trabajo con los actores, el apoyo de los estudios y las cadenas".

Porque para el neoyorquino, de 51 años, todo suma, aunque sabe que no siempre su trabajo es reconocido con premios y aplausos.

"Las reseñas negativas te hacen ver algo que perdiste de vista o simplemente una perspectiva distinta. Y las buenas son tranquilizadoras y alentadoras.

"Todo es un gran aprendizaje, y siempre me he sentido con mucha fortuna por tener la oportunidad de seguir creciendo pese a que llevo un rato en este...

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