Jaque Mate/ Superpotencia

AutorSergio Sarmiento

Hegemonía "es el consentimiento 'espontáneo'

que le dan las masas a la dirección

impuesta por el grupo dominante".

Antonio Gramsci

La primera guerra del golfo Pérsico en 1991, el año que traería también la desaparición de la Unión Soviética, pareció presagiar una nueva era de cooperación internacional surgida de la desaparición del choque de las superpotencias que había durado 46 años.

Estados Unidos pudo montar la mayor alianza militar jamás conformada en la historia para enfrentar a un régimen que había invadido a su vecino Kuwait. Es verdad que el gobernante iraquí Sadam Husein hizo todo por facilitar esta alianza: con anterioridad había invadido Irán y había llevado a cabo también sangrientos actos de represión en contra de su propia población. Pero no hay duda de que uno de los factores que permitió montar esa alianza tan amplia fue la ausencia de una superpotencia que se opusiera a los Estados Unidos.

A principios de 1991 la Unión Soviética se desplomaba en medio de una crisis económica y política monumental. A pesar de haber sido durante décadas un contrapeso a los intereses estadounidenses en el cercano oriente, y de haber mantenido una estrecha relación con Sadam Husein y su Partido Baath de ideología socialista, cuando llegó la guerra del golfo Pérsico sólo pudo mantenerse aparte y permitir que se llevara a cabo la acción militar internacional. Unos meses después, en diciembre, se inauguraba formalmente la era de una sola superpotencia con la desaparición formal de la Unión Soviética.

A 12 años de distancia la aparente unión internacional que surgió con la alianza del Golfo parece desaparecer. Y nuevamente el hecho de que Estados Unidos sea actualmente la única gran potencia internacional es el factor que más incide en la aparente tendencia.

Estados Unidos trató pero no consiguió el objetivo de que su guerra contra Iraq tuviera la bendición del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Washington ha culpado de esto a Francia, que amenazó junto con Rusia que haría uso del veto para evitar una resolución de guerra, pero la verdad es que Estados Unidos no contaba con los nueve votos necesarios para aprobar una resolución en el Consejo.

Esto no le ha impedido a Washington alistar una alianza que se apresta ya a iniciar la guerra y que tiene el respaldo de muchas más naciones de las que se piensa comúnmente (además del Reino Unido y España, Italia, Portugal, Dinamarca, la República Checa, Albania, la mayoría de los antiguos países...

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