Jaque Mate/ Moratoria

AutorSergio Sarmiento

"Seré rico en la medida en que mis ingresos sean superiores a mis gastos, y mis gastos sean iguales a mis deseos".

Edward Gibbon

El nuevo Gobierno argentino interino del peronista Adolfo Rodríguez Saá no tenía más opción que declarar la moratoria de pagos de la deuda externa como lo hizo este 23 de diciembre. Cualquier Gobierno lo habría tenido que hacer. La moratoria es simplemente el reconocimiento de una bancarrota que se arrastra desde hace años.

La moratoria le dará un espacio a Rodríguez Saá para levantar la congelación de cuentas bancarias decretada el 1 de diciembre, para hacer "regalos" a la gente que calmen la turbulencia callejera que derrocó a Fernando de la Rúa y para inyectar circulante a la economía a través de la invención de una "tercera moneda" sin respaldo real. Pero no es la solución real a los problemas del país porque no toca el problema fundamental de un Gobierno que desde hace décadas vive más allá de sus posibilidades. De hecho, el nuevo paquete económico podría agravar los problemas endémicos de Argentina.

La suspensión de pagos de la deuda externa pública le deja súbitamente al Gobierno argentino un excedente importante de recursos para programas sociales. Pero la deuda no va a desaparecer por la moratoria. Por el contrario, los intereses no pagados harán que el saldo se eleve. Si el Gobierno no aprovecha el respiro para sanear las finanzas públicas, la situación económica de fondo se deteriorará.

Las instituciones financieras internacionales a las que se les está dejando de pagar saben bien que la suspensión de pagos era inevitable, pero no por eso dejarán de resentir un fuerte golpe. Quizá no puedan hacer nada de inmediato. Argentina no tiene pocos activos embargables. Sin embargo, la reacción natural de las instituciones financieras será dejar de otorgar financiación fresca a Argentina.

Lo anterior no parece amenazante si se considera que ya los bancos e instituciones internacionales no le estaban prestando dinero al Gobierno argentino. Se olvida, empero, que muchas transacciones de comercio exterior se llevan a cabo con créditos internacionales. Ante la falta de financiación, Argentina tendrá más dificultades para exportar e importar, y por lo tanto tendrá una menor creación de empleos.

Ahí precisamente radica el problema. Los supermercados argentinos no fueron asaltados la semana pasada porque el país fuese incapaz de producir alimentos. Todo lo contrario: Argentina es uno de los países más competitivos en el...

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