JAQUE MATE / Zonas especiales

AutorSergio Sarmiento

"Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley".

Declaración Universal de los Derechos Humanos

El presidente Enrique Peña Nieto anunció esta semana un programa para crear tres zonas económicas especiales. Una iniciativa definirá primero los beneficios y, si es aprobada, el Presidente designará a Lázaro Cárdenas, el Istmo de Tehuantepec y Puerto Chiapas como zonas especiales.

Según la página de internet de la Presidencia, las zonas económicas especiales ofrecerán beneficios fiscales a la inversión y empleo, un régimen aduanero especial, un marco regulatorio que agilice la apertura de empresas, una infraestructura competitiva que asegure conectividad, una financiación especial de la banca de desarrollo, apoyos a la capacitación laboral y la innovación tecnológica, planificación urbana y desarrollo ordenado de viviendas en las áreas circundantes. La Presidencia señala que las zonas económicas especiales han sido una medida eficaz en China, Corea del Sur o Brasil por lo que deben servir para "abatir el rezago histórico en el sur de México".

No hay duda que reducir impuestos, aranceles y trámites burocráticos genera inversión y empleo. Lo mismo sucede con la concesión de créditos, la construcción de infraestructura y el apoyo a la capacitación y la innovación tecnológica. Pero si estas medidas son adecuadas para generar crecimiento en las zonas especiales, ¿por qué no aplicarlas a todo el país?

El gobierno chino creó a partir de 1980 unas zonas especiales económicas en las que, como experimento, eliminó las restricciones al mercado libre que imponía el sistema comunista. Por temor a la contaminación ideológica del capitalismo aisló estas zonas, pero fue tal su éxito económico que pronto el gobierno se vio obligado a abrir todo el país a las actividades de mercado.

Shenzhen fue la primera de estas zonas especiales y pronto pasó de un área de gran pobreza a una de las regiones más dinámicas del país. Ante sus resultados se crearon otras zonas especiales y la de Shenzhen se amplió. Pero lo importante es que de manera gradual las prácticas capitalistas empezaron a aplicarse en toda China.

En México no deberíamos temer la contaminación del sistema de libertad económica. Ya tuvimos, de hecho, una experiencia positiva con el programa de las maquiladoras, el cual...

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