Jaque Mate / Votan los muertos

AutorSergio Sarmiento

"¡La confusión tiene hoy su obra maestra! / El asesinato más sacrílego ha abierto / el templo ungido del Señor".

Shakespeare (Macbeth)

Hasta hace algunos días el Partido Popular (PP) llevaba una clara ventaja en las encuestas. La duda no era si iba a ganar las elecciones generales españolas del 14 de marzo, sino si ratificaría la mayoría absoluta de los comicios del 2000.

Entonces vinieron los atentados del 11 de marzo. Toda España quedó conmocionada, y con razón. En un principio pareció que el impacto político beneficiaría a los populares, pero esto se debía a que el aparente responsable de los ataques era ETA... y los sanguinarios atentados de ETA siempre han generado unidad en torno al Gobierno español, sin importar su procedencia de partido.

Sin embargo, pronto quedó claro que ETA no estaba detrás de los atentados del 11 de marzo. La responsabilidad recaía en al-Qaeda, la organización terrorista islámica. Los ataques eran una especie de castigo por la participación de España en la guerra de Estados Unidos contra Iraq. Y esto cambiaba dramáticamente el cariz de la tragedia.

En el 2003 el Presidente del Gobierno, José María Aznar, arrastró a España a una guerra impopular entre los españoles. Ahora las supuestas víctimas de aquella invasión se cobraban la factura matando a cientos de inocentes en tres estaciones ferroviarias de Madrid.

Aznar y sus funcionarios trataron de acallar la verdad y buscaron mantener en los medios el mensaje de que ETA era la principal sospechosa del atentado, aun en momentos en que todos los indicios apuntaban claramente a al-Qaeda. Quizá esto terminó por irritar a los votantes españoles. A la gente no le gusta que se le engañe.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha obtenido así un triunfo inesperado en las elecciones generales. En unas cuantas semanas pasó de estar siete puntos abajo en las encuestas a un triunfo de cinco puntos.

Es una victoria, sin embargo, por la peor de las razones. Significa que los terroristas de al-Qaeda lograron lo que se proponían: la derrota de un gobierno que apoyó la intervención militar estadounidense en Iraq. Lo peor de todo es que este triunfo genera incentivos para llevar a cabo nuevos y sangrientos atentados.

La experiencia nos dice que los electores de cualquier país se interesan más por la economía local que por la política exterior. Esto lo entendió muy bien Bill Clinton quien, al concentrarse en la economía de Estados Unidos en los comicios de 1994, logró derrotar a...

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