JAQUE MATE / Transdogmas

AutorSergio Sarmiento

"No hay lugar para el dogma en la ciencia".

J. Robert Oppenheimer

Es millones de veces más probable que uno se enferme por comer una quesadilla en la calle que por una mazorca de maíz transgénico. Desde la década de 1990 se han consumido en el mundo miles de millones de porciones de comida con ingredientes transgénicos sin que se haya registrado un solo caso de enfermedad producida por su estructura genética. El movimiento prohibicionista, que se opone a los productos genéticamente modificados, ha hecho todo lo posible por demostrar científicamente que éstos causan daño a la salud o al ambiente, pero como no lo ha logrado ha optado por oponerse al cultivo en México con el argumento de que éste "podría contaminar" a las decenas de variedades de maíz que se producen en el país.

En realidad no se está discutiendo si los mexicanos vamos a consumir o no maíz transgénico. Esto ya lo estamos haciendo. El 30 por ciento del maíz que usamos lo importamos de Estados Unidos, donde virtualmente toda la producción tiene modificaciones genéticas. Lo que estamos discutiendo es si lo vamos a cultivar en México o lo vamos a seguir importando. No falta quien diga, y quizá no en broma, que el movimiento contra la producción de maíz transgénico en México es financiado por productores de Estados Unidos. Si no lo están haciendo, deberían considerarlo seriamente.

Los prohibicionistas lograron un gran triunfo en 2013 al obtener un fallo del juez XII de distrito en materia civil del primer circuito que suspendía de manera precautoria la siembra de maíz transgénico mientras no concluyera un juicio sobre el fondo de una denuncia para prohibir en definitiva la producción. Un tribunal colegiado, sin embargo, ordenó el 29 de junio al juez que tomara en cuenta las posiciones de especialistas sobre los posibles riesgos de los transgénicos. Estos puntos de vista llevaron este 19 de agosto a la cancelación de la medida precautoria por el juez.

No hay razón científica para impedir el cultivo de transgénicos. Los argumentos de los prohibicionistas son emocionales o dogmáticos, como lo expresa el lema "Sin maíz no hay país". Los transgénicos no tienen ningún efecto nocivo. No hay productos más revisados y probados en la historia. De hecho, los transgénicos son más amigables con el ambiente que los...

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