Jaque Mate / Solidaridad

AutorSergio Sarmiento

"Lo que parece ser generosidad muchas veces no es más que la ambición disfrazada".

Francois de la Rochefoucauld

Durante el largo debate de la madrugada del 5 de agosto en que se discutió en el Senado la reforma a los artículos 277 D y 286 K de la Ley del Seguro Social, el senador del PRD Jesús Ortega reiteró un argumento que ha hecho en otras ocasiones al afirmar que había que rechazar las enmiendas porque atentan contra el "sistema solidario de pensiones".

Pero ¿cuál es este "sistema solidario de pensiones"? Es el que plantea que los costos de otorgar servicios de seguridad social de algunos deben distribuirse de manera solidaria entre el resto de la sociedad. Este concepto rechaza la idea de que cada individuo o familia debe ser responsable en lo fundamental de su propio bienestar social.

En un momento histórico el principio de solidaridad social tenía no sólo sentido, sino urgencia. Durante siglos, el pobre, el enfermo y el viejo no tenían forma sistemática de obtener ayuda de la sociedad. Sobrevivían, si acaso, del apoyo que les daban sus familias. Una de las grandes conquistas del Siglo 20 fue la creación de instituciones de seguridad social que daban una ayuda solidaria a los más pobres.

Pero este principio social, como muchos otros, se ha pervertido con el paso del tiempo. El concepto de solidaridad social se aplica ahora de una forma inversa a la que se concibió originalmente: son quienes menos tienen los que deben aportar "solidariamente" a quienes más tienen. Y no porque lo deseen, sino porque el Estado les arranca los recursos para ello.

El Instituto Mexicano del Seguro Social, recordemos, fue creado en 1943 para dar servicios de seguridad social a los trabajadores mexicanos. Las cuotas que todavía aportan los trabajadores y los patrones a esa institución tienen el propósito de financiar esos servicios. Buena parte de la estructura del IMSS, por otra parte, se construyó sobre la base de un concepto de solidaridad. La idea es que los trabajadores en su conjunto aportaran recursos para ayudar a quienes más lo necesitaban, y en particular a los enfermos, los discapacitados y los ancianos.

Sin embargo, dentro del IMSS pronto surgió una casta privilegiada que exigió y obtuvo beneficios especiales: los empleados de la institución y más específicamente sus líderes sindicales. A través de sindicatos afiliados al PRI -los mismos que hoy busca cooptar el PRD- esa casta consiguió que la solidaridad se encauzara no a los trabajadores con...

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