JAQUE MATE / Siembra genética

AutorSergio Sarmiento

"Hasta la fecha no hay una sola prueba científica creíble que sugiera que comer productos agrícolas transgénicos dañe el organismo humano o el ambiente".

Norman Borlaug

Los grupos conservadores no se oponen simplemente a la producción de transgénicos sino incluso a la realización de siembras experimentales en nuestro país. En otras palabras, no quieren que siquiera se investiguen las consecuencias de realizar estos cultivos. ¿Por qué? Quizá porque ya conocen los resultados.

En las últimas semanas se han otorgado los primeros permisos en México para siembra experimental de maíz con modificaciones genéticas. Nuestro país ya está llegando tarde a la biotecnología agrícola. En el 2008 se cultivaron en el mundo 125 millones de hectáreas de productos genéticamente modificados, principalmente soya y maíz; en 1995 no se cultivó una sola. Estados Unidos es el líder mundial en este campo. Argentina, Brasil, India, Canadá y muchos otros países tienen ya producciones de transgénicos (gmo-compass.org).

No hay hasta este momento ninguna prueba científica de que los productos genéticamente modificados causen daño al organismo o al ambiente, como lo ha señalado el recientemente fallecido Norman Borlaug, científico ganador del Premio Nobel de la Paz de 1970 por la revolución verde. Por eso la oposición a su cultivo se ha venido modificando. En un principio se cuestionaban los posibles peligros a la salud de estos "alimentos Frankenstein". Después los riesgos potenciales de largo plazo. Ahora, particularmente en nuestro país, el argumento es que la siembra de maíz transgénico, aun de manera experimental, pondría en peligro las variedades originales de maíz mexicano. "Sin maíz no hay país" es el lema político que han adoptado los grupos que se oponen a la introducción de maíz transgénico en México.

La verdad es que el maíz que se cultiva en México desde hace mucho tiempo tiene poco que ver con las variedades originales. Las mazorcas de antes de la llegada de los españoles eran de apenas unos cuantos centímetros. Hoy ni siquiera las reconoceríamos como maíz. Las variedades actuales son mutaciones realizadas a lo largo de los siglos por agricultores europeos y...

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