JAQUE MATE / Salvar el planeta

AutorSergio Sarmiento

"El mundo aguanta el aliento y cuenta con nosotros".

Laurent Fabius

ENSENADA, B.C.- La voz de Laurent Fabius, el ministro francés de Relaciones Exteriores que actuaba como presidente de la COP21, se entrecortó con emoción cuando anunció este 12 de diciembre "un acuerdo histórico" para "contener el incremento de la temperatura media bien por debajo de los 2 grados y esforzarse para limitar este aumento a 1.5 grados".

La emoción de Fabius y muchos de los presentes en el Centro de Conferencias de Le Bourget era comprensible. Durante décadas se nos ha dicho que la supervivencia misma del planeta depende de un acuerdo climático. El que 23 años después de la Cumbre de la Tierra de Río de 1992 haya surgido uno es suficiente para arrancar lágrimas a cualquiera.

El pacto aceptado por 195 países y la Unión Europea aún debe ratificarse. El problema es que los compromisos difícilmente se cumplirán, pero aunque se cumplan no limitarán el calentamiento global ni en 1.5 ni en 2 grados.

El acuerdo es una colección de buenos deseos acompañada de un subsidio de 100 mil millones de dólares al año a las naciones pobres. La parte fundamental son los compromisos de 186 países para reducir sus emisiones de dióxido de carbono para 2025 o 2030. Pero aun si se cumplieran todos, no limitarían el aumento de la temperatura a 2 grados de aquí al 2100.

La meta de 2 grados es discrecional. No hay una cifra mágica por arriba de la cual el paraíso se convierta en infierno. Todo aumento o reducción de temperatura tendrá consecuencias positivas para algunos y dañinas para otros. De momento, sin embargo, la meta de 2 grados es incumplible.

El acuerdo peca al poner como meta una temperatura, que es una consecuencia y no un factor. El clima, sin embargo, es un mecanismo tan complejo que no hay certeza sobre cómo llegar a ese objetivo de 2 grados. Mucho más práctico sería establecer límites a las emisiones que cuando menos se pueden medir. El acuerdo, por otra parte, se preocupa sólo por las emisiones de dióxido de carbono (CO2), cuando las de metano (CH4), aunque menos abundantes, tienen un efecto 25 veces mayor sobre el calentamiento. Ningún político, sin embargo, se atreve a meterse con agricultores y ganaderos.

Los compromisos de cada gobierno son diversos. China, el país con mayores emisiones, no empezará a bajar las suyas hasta...

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