JAQUE MATE / Reforma chilanga

AutorSergio Sarmiento

"Habría una gran reforma en la política si la sabiduría pudiera difundirse tan fácil y rápidamente como la tontería".

Winston Churchill

¿A usted le quita el sueño que las delegaciones de la Ciudad de México no tengan un cabildo con regidores? ¿Le preocupa que el jefe de Gobierno no pueda designar al secretario de Seguridad Pública o al procurador de la capital sin la aprobación del Presidente o que éste pueda destituir al secretario como hizo Vicente Fox con Marcelo Ebrard? ¿Piensa usted que hay que tomar medidas para que la Ciudad de México pueda endeudarse sin tener que pasar por la aprobación del gobierno federal? ¿Considera usted que, además de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los capitalinos deberíamos tener una segunda Constitución?

Si es usted como la mayoría de las personas que conozco, seguramente habrá respondido "No" a todas las preguntas. Pero la lógica de la clase política es distinta a la de los ciudadanos comunes y corrientes. Por eso el Senado aprobará esta semana la reforma política del Distrito Federal.

Yo soy chilango de cuerpo y alma. No me avergüenza reconocer que nací en la Ciudad de México. Aquí crecí, me eduqué, me enamoré y tuve a mis hijos. He vivido la mayor parte de mi vida en esta urbe. La he elegido para ser mi hogar en la vejez y mi último lugar de reposo.

En su momento luché por la democratización de la ciudad. El proceso fue lento, pero los chilangos obtuvimos el derecho de elegir a nuestros gobernantes cuando Ernesto Zedillo era Presidente y Óscar Espinosa regente. En el año 2000 Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer gobernante electo de la Ciudad de México. Desde entonces la ciudad ha vivido en democracia.

Pero una cosa es tener un jefe de Gobierno, jefes delegacionales y diputados locales electos por los ciudadanos y otra muy distinta la reforma que hoy se está discutiendo. Un cabildo electo en cada una de las 16 delegaciones no dará a la ciudad un mejor gobierno sino que simplemente incrementará la burocracia. Los límites que hoy tiene el jefe de Gobierno para nombrar o mantener al secretario de Seguridad o al procurador me parecen razonables en una ciudad en que por naturaleza conviven los poderes federales y locales. Los chilangos, por otra parte, no nos vamos a beneficiar de un sistema en que el gobierno capitalino pueda incrementar más su deuda porque al final ésta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR