JAQUE MATE / Rebelión de jóvenes

AutorSergio Sarmiento

"Los jóvenes no tenían más armas que su juventud".

Elena Poniatowska

CIUDAD DE QUEBEC.- El movimiento estudiantil de 1968 fue en buena medida producto de la intolerancia. Los enfrentamientos del 22 y 23 de julio entre alumnos de las vocacionales 2 y 5 del Politécnico con estudiantes de la preparatoria privada Isaac Ochoterena provocaron una explosión de inconformidad por la violencia de la intervención de la policía. La represión de las manifestaciones del 26 de julio, las detenciones de miembros del Partido Comunista y, sobre todo, el bazucazo en la puerta labrada de madera de la Preparatoria 1, el antiguo Colegio de San Ildefonso, el 30 de julio, fueron detonantes adicionales de un movimiento que reflejaba también el espíritu de rebelión de una nueva generación, no solo en México sino en el mundo.

Yo tenía 14 años y asistía apenas al tercero de secundaria, pero participé en la manifestación del 1o. de agosto encabezada por el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, quien enfureció al presidente Gustavo Díaz Ordaz por su decisión de izar a media asta la bandera de Rectoría. Me uní también a la marcha del silencio del 13 de septiembre, un río de jóvenes que en su silencio ofrecía una condena más contundente al gobierno que la de los más airados lemas políticos. Fui miembro de la Brigada Carlos Marx, un grupo de niños de secundaria que le reportaba a El Búho, Eduardo Valle, en la Facultad de Economía de la UNAM.

El movimiento no tenía una ideología clara. Algunos simplemente se oponían al régimen autoritario del PRI. Otros querían encabezar una revolución socialista. Algunos eran trotskistas, otros maoístas, otros comunistas. Para muchos la simple rebelión era más importante que saber qué había que construir.

He escuchado muchas teorías de la conspiración sobre el movimiento. Las primeras las ofreció el propio presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien argumentaba que había un plan comunista para desestabilizar al país en vísperas de los Juegos Olímpicos de 1968. Ha sido muy popular la tesis de que Luis Echeverría, entonces secretario de Gobernación, manipuló el movimiento para generar incertidumbre política y convertirse en el sucesor inevitable de Díaz Ordaz. No falta quien diga que...

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