JAQUE MATE / Paraíso invadido

AutorSergio Sarmiento

"Firmemente creo que el Estado

de derecho es el cimiento de todos

nuestros derechos fundamentales".

Sonia Sotomayor

El proyecto ecológico Huub Sak, junto a la laguna de los siete colores de Bacalar, es un sueño hermoso. Sobre 69.9 hectáreas la asociación Selva y Laguna Bacalar A.C. busca crear un vivero de especies endémicas, un apiario y un centro de aprendizaje. Se trata de una reserva ecológica privada, registrada formalmente como "área destinada voluntariamente a la conservación" por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

El predio, sin embargo, está en riesgo ante la falta de un Estado de derecho en Quintana Roo. En estos momentos está invadido... y no es la primera vez que sufre tal suerte.

Los últimos invasores ignoraron los sellos de la Fiscalía General de Quintana Roo, que había recuperado y asegurado la propiedad tras una invasión anterior. Según aristeguinoticias.com, los líderes ofrecieron a los invasores darles terrenos por 60 mil pesos. Quienes han tomado posesión ya han empezado a desmontar selva para lotificar. A los posibles clientes les dicen que establecerán un nuevo poblado y les tramitarán títulos de propiedad. El terreno, sin embargo, tiene un certificado como área de conservación voluntaria por 99 años, lo que impide la urbanización.

Quintana Roo ha sido durante décadas tierra fértil para invasiones. Los líderes de muchos de los grupos que se dedican a esta actividad argumentan que la Constitución otorga a toda familia el derecho "a disfrutar de vivienda digna y decorosa", aunque cuando ocupan los terrenos buscan revenderlos o exigen dinero a los propietarios, en un rentable negocio de extorsión. El gobierno de Roberto Borge, de 2011 a 2016, utilizó juicios laborales para despojar a dueños de hoteles o terrenos valiosos.

Según Gustavo Rodríguez Elizarrarás, de Selva y Laguna Bacalar A.C., el predio del proyecto formó parte del Rancho 5 Hermanos, adquirido en 1990 y escriturado legalmente. En 2010 se convirtió en área destinada voluntariamente a la conservación, lo que asegura su preservación natural sin perder su condición de propiedad privada.

Las zonas vecinas a la laguna, sin embargo, han adquirido por su belleza un creciente valor, lo cual ha fomentado las invasiones. La primera se registró el 26 de julio de 2017, cuando un centenar de personas armadas con machetes ingresaron a la propiedad. Estos invasores sufrieron a su vez otra invasión, en abril de 2018, por un grupo que pidió...

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