JAQUE MATE / No a privatización

AutorSergio Sarmiento

"Los ladrones creen en la propiedad; lo malo es que les inspira un excesivo amor".

G.K. Chesterton

El artículo 28 de nuestra actual Constitución retomó de la Carta Magna de 1857 la prohibición de los monopolios. Sólo que en contraste con el texto liberal original, el cual establecía exenciones a la prohibición de los monopolios sólo para la acuñación de moneda, el correo y las patentes intelectuales, el actual establece una larga lista de excepciones entre las que se encuentran "las asociaciones de trabajadores formadas para proteger sus propios intereses".

Esta exención a la prohibición constitucional a los monopolios no ha beneficiado a los trabajadores mexicanos, los cuales siguen siendo muy pobres, especialmente en contraste con los países que no otorgan este monopolio a los sindicatos. Sí ha hecho ricos, en cambio, a nuestros líderes sindicales, quienes son mucho más prósperos que los de cualquier país desarrollado. A la sociedad mexicana el monopolio le ha impuesto cargas excesivas. Una de las razones más importantes de que México sea hoy un país pobre es precisamente la existencia de los monopolios sindicales.

Hoy en Morelos, y también en Quintana Roo, estamos viviendo una de las consecuencias de permitir que los sindicatos sean monopolios. Los grupos disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se oponen a una Alianza por la Calidad de la Educación que podrá ser tan imperfecta como se quiera pero que en su parte esencial, al dar al Estado la posibilidad de seleccionar con un examen a los mejores aspirantes a ocupar cargos de maestros en escuelas públicas, es absolutamente indispensable y razonable. Sin una regla que permita a la sociedad buscar a los mejores maestros, las escuelas públicas nunca podrán ser competitivas; y sin una educación de calidad, México nunca podrá superar la pobreza que actualmente nos agobia.

La acción lógica de la sociedad ante la prolongada suspensión de clases en Morelos habría sido la de empezar a contratar a nuevos maestros para reemplazar a los paristas y reanudar las clases lo antes posible. Y no faltan aspirantes a ocupar esos cargos. Los salarios, prestaciones y condiciones de trabajo entre los maestros de escuelas públicas son mejores de los que prevalecen en promedio en la sociedad mexicana. Por eso precisamente se ha creado un mercado negro de plazas magisteriales y por ello los maestros disidentes han exigido que se les respete la "conquista sindical" de heredar o...

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