JAQUE MATE / No a las elecciones

AutorSergio Sarmiento

"Claramente les dijimos que en Guerrero no habrá elecciones en el 2015".

Encapuchado de la Ceteg

El movimiento de Ayotzinapa, o por lo menos un grupo que dice representarlo, no quiere que haya elecciones en Guerrero en 2015. El 8 de diciembre un grupo de activistas encabezado por maestros de la Ceteg, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación del Estado de Guerrero, "clausuró", incluso con sellos, oficinas del Instituto Nacional Electoral (INE) en Tlapa y Chilpancingo.

Los manifestantes amenazaron a los funcionarios que regresarían para castigarlos si se atrevían a abrir las oficinas. No puede haber elecciones, dijeron, mientras 42 normalistas están desaparecidos.

Los consejeros electorales no se atrevieron a levantar los sellos. Al día siguiente se reunieron... pero no en sus oficinas sino en una cafetería. Hasta ahí llegaron, sin embargo, los activistas que sacaron a la calle a los funcionarios electorales y a representantes de partidos políticos donde los obligaron a exhibir una pancarta en contra del presidente Enrique Peña Nieto. Ahí mismo un encapuchado le advirtió al presidente de la junta local del INE, David Delgado: "Les clausuramos las oficinas y claramente les dijimos que en Guerrero no habrá elecciones en el 2015".

Posteriormente los activistas retuvieron y humillaron públicamente a políticos del PRD y de Movimiento Ciudadano. Los insultaron y los hicieron marchar con una pancarta que decía: "Los del PRD somos ratas".

Ni la policía guerrerense ni la federal se atrevieron a intervenir. No hay novedad en esto. Lorenzo Córdova, presidente del INE, sí pidió públicamente que las protestas se dirimieran por la vía pacífica, pero lo hizo desde la seguridad de la Ciudad de México. La verdad es que si las autoridades siguen con su estrategia de permitir cualquier protesta, por agresiva o violatoria de los derechos de terceros que sea, los miembros de la Ceteg sin duda cumplirán con su amenaza y dejarán sin elecciones a Guerrero en 2015.

¿Se imagina usted las protestas y quejas ante las comisiones de derechos humanos si alguna autoridad o grupo político hubiera retenido a maestros de la Ceteg o a normalistas, para insultarlos y hacerlos marchar con pancartas de autodescalificación como en los tiempos de la revolución cultural de Mao? Los cuestionamientos estarían perfectamente justificados. Pero la Ceteg y otros grupos que se cobijan con el nombre de Ayotzinapa piensan que es perfectamente correcto...

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