Jaque Mate / Ser de izquierda

AutorSergio Sarmiento

"Los fantasmas dan más miedo de lejos que de cerca".

Nicolás Maquiavelo

Ser de izquierda no implica ser intolerante ni insultar ni agredir a aquellos que no piensan como uno.

Ser de izquierda no significa rechazar las instituciones de un país o la democracia. En otros países del mundo, la izquierda es una corriente política que construye y fortalece instituciones. Sólo en México, donde subsiste una izquierda contestataria y nihilista, piensa la izquierda que su papel es destruir las instituciones.

Ser de izquierda no quiere decir que hay que abstenerse de utilizar la fuerza pública para mantener el Estado de derecho. Los partidos de izquierda que llegan al poder en otros lugares del mundo son muy conscientes de la importancia de impedir violaciones a la ley y no tienen miedo de utilizar la fuerza pública para defender los derechos de los ciudadanos.

Ser de izquierda no tiene por qué llevar a la creación de un gobierno que favorezca a grupos especiales de interés, como sindicatos, vendedores ambulantes, taxistas piratas, invasores de tierras o empresarios que financian campañas electorales. Todo lo contrario, los gobiernos que son realmente de izquierda toman medidas para beneficiar a todo el conjunto de la sociedad. Son los regímenes fascistas y corporativistas, cuya retórica busca parecerse a la de aquellos que provienen de la izquierda, los que actúan para beneficiar solamente a unos cuantos grupos especiales.

Ser de izquierda no significa que uno deba aceptar solamente los resultados de las elecciones que uno gana y rechazar los que uno pierde. La izquierda democrática en el mundo acepta las reglas de los procesos electorales. Cuando sus candidatos pierden comicios, reconocen el resultado y trabajan desde la oposición para promover sus estrategias y políticas de gobierno.

Ser de izquierda no implica exigir el derecho de privatizar las calles para beneficio de unos cuantos. Los gobiernos de izquierda entienden que las vías de comunicación pertenecen a la comunidad y que no pueden entregarse a grupos de poder para promover sus propios intereses económicos o políticos.

Ser de izquierda no le da a uno el derecho de obstaculizar el libre tránsito o la actividad económica de los demás. Por el contrario, la izquierda moderna en el mundo entiende que a toda la sociedad, pero especialmente a los más pobres, les conviene que haya libre tránsito, comercio e inversión productiva. A nadie realmente de izquierda en el mundo se le ocurriría bloquear la...

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