JAQUE MATE / Una guardia militar

AutorSergio Sarmiento

"La política siempre es optar entre inconvenientes".

Andrés Manuel López Obrador

Los grupos de izquierda cuestionaron insistentemente a los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto por militarizar la seguridad pública. Llevaron la Ley de Seguridad Interior a la Suprema Corte de Justicia para que fuera declarada inconstitucional.

Había un gran interés, por lo tanto, para ver el Plan Nacional de Paz y Seguridad de Andrés Manuel López Obrador. ¿Cómo reemplazaría al Ejército y a la Marina en las funciones de policía? Hoy tenemos la respuesta: militarizándola de manera formal y definitiva.

La propuesta de López Obrador es integrar una nueva Guardia Nacional con contingentes de la Policía Militar, la Policía Naval y la Policía Federal. Esta nueva corporación tendrá entre 120 mil y 150 mil elementos, contra 40 mil de la actual Policía Federal. El mando lo tendrá la Secretaría de la Defensa.

No sorprende que López Obrador haya decidido militarizar formalmente a la policía. A pesar de lo "inconveniente" de la solución, quizá no hay otra opción en la actualidad para enfrentar al crimen organizado. Pero hay dos problemas. Uno es que la militarización será permanente, cuando lo recomendable es usar a las Fuerzas Armadas de forma temporal mientas se crea una policía federal eficaz. El otro es que la solución es inconstitucional, lo cual no arredra a López Obrador, quien pidió a los líderes del Congreso que enmienden la Constitución para dar cabida al proyecto.

Otros de los ejes del Plan de Seguridad no tendrán un impacto significativo en la delincuencia. Los programas de desarrollo y bienestar pueden ser muy positivos, pero no disminuyen la inseguridad. La idea de que los pobres cometen más crímenes es falsa. Varios estados pobres, como Chiapas, Oaxaca y Yucatán, tienen índices de inseguridad inferiores a entidades más prósperas, como Sinaloa, Tamaulipas o Quintana Roo.

Regenerar la ética de la sociedad a través de una Constitución moral es un ejemplo más de cómo las expresiones de buena voluntad reemplazan al sentido común. La ética de la sociedad no se recupera a través de una Constitución sin fuerza de ley.

Erradicar la corrupción es un objetivo importante y válido, aunque no está muy claro que las medidas que se han anunciado sean las mejores para lograrlo. El que haya un Presidente honesto no garantiza que no haya corrupción, tampoco el que se bajen los ingresos de los altos funcionarios. Pero la corrupción y la...

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